HISTORIA: La familia Cruz ha querido, desde 1810 hasta 2010, inventarse las gafas que corrijan la vida, que superen la angustia y que den de paso el valor necesario para poderse ver en el espejo. Si uno revisa el árbol genealógico de este clan de oculistas, como lo hace este libro que no sólo cuenta su historia sino que además la documenta, se encontrará con una serie de aventuras en la búsqueda de aquellos lentes mágicos que todos los Cruz tuvieron marcados, como un destino, en las líneas de la mano.
CÓMO SE HIZO: Después de la experiencia de Que no me miren, que me confirmó que hacer un libro es sobre todo un sorprendente trabajo de equipo, y convertido, con el paso de los años y de las narraciones, en un verdadero amigo de la familia, de la casa y de la idea de Tragaluz editores, no tenía nada de raro que nos inventáramos juntos otro volumen de estos. Yo tenía la siguiente idea: hacer un árbol genealógico de una familia de oculistas desde su primer inventor de lentes hasta el último, y recurrir, para ello, a todas las formas de poesía. Cuando Pilar Gutiérrez y Juan Carlos Restrepo me dijeron, a su manera, que ya era hora, me puse en la tarea. Y, apenas terminé, ellos se encargaron de nuevo de la dirección de la puesta en escena. Consiguieron la otra mitad del trabajo: la interpretación brillante del ilustrador Daniel Gómez Henao, que es -quien la haya visto sabrá que no estoy exagerando- una especie de milagro. Juan Pablo Serna Parra diseñó. Carlos Quijano Mesa encuadernó. Y yo al final tuve la suerte de poder dedicárselos a los tres niños que hay en mi familia. A Alejandra, a Juan y a Pascual, en orden de aparición.
SE HA DICHO: "Más que un libro, una obra de arte, una historia misteriosa y poética. Toda la magia de la buena literatura reunida en 56 páginas...El libro, además de atrapar y encerrar al lector, tiene toda la mística y profundidad histórica necesaria para sentirse tan satisfecho al final, como para volverlo a leer". Bakánica.
"Este es un libro gozoso que exalta el amor al lenguaje. Me imagino su gran utilidad para la madre o el padre colombiano que, en el extranjero, necesita inculcar a sus hijos pequeños la música de su idioma nativo a través de rimas. Curioso país el nuestro, país de contrastes, que continuamente nos sorprende con lo malo y con lo bueno. En el mismo mes en que se publica Que la paz sea contigo, de Roy Barreras, aparece El libro de los ojos, de Ricardo Silva. A la vez, el insulto y el desagravio a la poesía. Bueno, al menos sigue existiendo la justicia poética, ya la única que nos va quedando". Luis Fernando Afanador, Semana
"Ahora te hablo de El libro de los ojos. Desde hace un tiempo, Ricardo trabaja en conjunto con Tragaluz editores. Él escribe, ellos editan y publican. Nada nuevo en el mundo de los escritores, solo que Tragaluz ha logrado crear libritos que son como el puñal del cuento de Borges". Laura García, Lasdosorillas