Corazón de caballero

Calificación: **1/2. Título original: A Knight's Tale. Año de producción: 2001. Guión y Dirección: Brian Helgeland. Actores: Heath Ledger, Shannyn Sossamon, Rufus Sewell, Mark Addy, Paul Bettany, Alan Tudyk.

Es una sorpresa. Uno, es mucho más divertida, emocionante y romántica de lo que parecía en los cortos y los afiches. Dos, ocurre al final de la edad media, pero en realidad es una aventura de superación personal –el plebeyo William Tatcher, que sueña con ser nombrado caballero, se hace pasar por noble para competir en los torneos- hecha para aquellos que disfrutan de las películas sobre fútbol americano. Sí, así es: aunque suene increíble, los niños, las quinceañeras, las mamás, los papás y los fanáticos del rugby quedarán satisfechos cuando caigan los créditos. Hay buenos y malos, princesas y dragones, besos y combates. Es decir, todo lo que se espera de una película.

Pero, claro, un largometraje que ponga de acuerdo a las fanáticas de La novicia rebelde y a los hinchas de Rocky resulta más bien sospechoso. Y Corazón de caballero lo es, no porque la banda sonora recurra a canciones de Queen y David Bowie en vez de a flautas y a laúdes, sino porque Tatcher es, como dicen los productores, "el Michael Jordan de los torneos medievales" y su búsqueda no es, en ningún momento, la de un caballero.

No, él encarna los ideales de hoy: se sirve a sí mismo y punto, quiere que la tribuna haga la ola cuando lo vea, busca trascender para humillar al malo y quedarse con la doncella y el trofeo. Contiene, sin querer, el espíritu de esos productores que están dispuestos a volver chévere cualquier cosa, hasta un holocausto, para vendérsela a los espectadores. No, no es tan grave. Sí, es una historia divertida, sorprende. Pero entristece que nombren caballeros a quienes no se lo merecen.