Calificación: **. Título original: Along came a Spider. Año de producción: 2001. Dirección: Lee Tamahori. Guión: Marc Moss. Basado en la novela de James Patterson. Actores: Morgan Freeman, Monica Potter, Michael Wincott, Mika Boorem, Penelope Ann Miller, Michael Moriarty.
Morgan Freeman vuelve a interpretar al doctor Alex Cross, su personaje de Kiss the Girls, ese detective digno y de mirada triste que hace sus análisis al tiempo que construye miniaturas. Esta vez recibe la llamada de un secuestrador que, por medio del rapto de la única hija de un importante senador, se ha propuesto imitar el caso del hijo de Lindbergh. A petición de la señora Rose, madre de la niña, Cross se involucra en la investigación.
Telaraña parece un capítulo de una de esas series de detectives que dan todos los días por televisión. Pero como no lo es, y los vacíos no se aclaran en el siguiente episodio, resulta difícil justificarla. Es una típica película de suspenso, un thriller que no aburre y que incluso nos permite apreciar de nuevo el talento de su protagonista, pero en su primera media hora, por poner tres ejemplos de su ilimitada inconsistencia, anuncia una cantidad de hechos que jamás llegan a ocurrir, da varias claves que no llevan a ninguna parte y presenta a un par de personajes claves, un agente del FBI y un niño ruso, que al final no le sirven a la trama para nada.
Mónica Potter, que habla y mira y gesticula como Julia Roberts, y jamás recibió su premio por soportar el positivismo del Robin Williams de Patch Adams, vuelve a demostrar su talento en el papel de la agente secreta Jezzie Flannigan, quien, como encargada de la seguridad de la hija del senador, está dispuesta a todo para recuperar a la niña. Si no, no habría película. Porque todo lo demás –los misterios, las atmósferas macabras, el suspenso- se ha ido quedando por el camino.