Arráncame la vida
Calificación: ***. Titulo original: Arráncame la
vida. Año de estreno: 2008. Género: Drama. Dirección: Roberto Sneider. Guión: Roberto
Sneider basado en la novela de Ángeles Mastretta. Actores: Ana Claudia
Talancón, Daniel Giménez Cacho, José María de Tavira, Metztli Adamina, Rodolfo
Almada.
Cinco cosas sorprenden de Arráncame la vida si uno entra al teatro
sin nada qué perder: la fluidez, la actuación de Daniel Giménez Cacho, la
fotografía del insuperable Javier Aguirresarrobe, la astucia de su guión para
eludir los lugares comunes y la destreza de su montaje a la hora de describir
el paso del tiempo. La película logra, en resumen, traducir al lenguaje del
cine el ingenio permanente, el realismo absurdo (que suele ser tan útil para
narrar a estos países que llaman “en vías de desarrollo”) y las pasiones
desbordadas presentes en la novela célebre publicada por Ángeles Mastretta en
1985. Que es, dicho sea de paso, una envolvente crítica de aquel Méjico que en
los años treinta empezaba a darse cuenta de que estaba poblado por las
sentencias irónicas, los machistas de buen corazón, las mujeres más grandes que
la vida y una corrupción que no era la excepción sino la regla.
La entretenida Arráncame la vida cuenta los quince años
que tarda una joven rebelde e independiente, Catalina Guzmán (qué buena actriz
es Ana Claudia Talancón), en aprender a sobrevivir en ese mundo sin escrúpulos.
El general poblano Andrés Ascencio, un político encantador que –perdón por la
redundancia- bordea los psicopático, se la lleva un día, cuando aún no ha
dejado de ser una niña, para que se convierta en la esposa que lo acompañe en
el camino sinuoso que va desde la gobernación de Puebla hasta la presidencia de
la república. Y ella va descubriendo, en el trayecto, que mantener a flote el
espíritu puede ser el sentido de una vida.