Calificación: **1/2. Titulo original: Transformers. Año de estreno: 2007. Dirección: Michael Bay. Guión: Roberto Orci y Alex Kurtzman. Actores: Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel, Tyrese Gibson, Rachael Taylor, Anthony Andersen, Jon Voight, John Turturro.
Es una película para niños muy niños. Y, de pronto, para aquellos nostálgicos que han perdido el espíritu crítico a fuerza de tantos recuerdos. Los demás querrán salir de ahí como si los Transformers malos, los Decepticons, de verdad estuvieran atacando el planeta. La ideología de la producción, que bordea la tontería (suele suceder en las obras dirigidas por Michael Bay: Armageddon, Pearl Harbor, La isla), sólo podría haber salido adelante en el tono de comedia de, por ejemplo, Pequeños guerreros. De hecho, lo más probable es que el director de aquel largometraje infravalorado, el mismo Joe Dante que filmó Gremlins y Viaje insólito en los años ochenta, hubiera hecho un trabajo mucho más interesante desde el punto de vista cinematográfico. Habría sido menos taquillero, eso sí. La ironía no vende tanto como uno querría.
¿Qué se puede decir de la trama de la película aparte de que es divertida si se dejan las neurosis fuera del teatro? Puede decirse que los Transformers, seres robóticos de otro planeta que pueden asumir la forma de cualquier aparato sobre la tierra, llegan a los Estados Unidos de América en busca de un cubo que les da la energía para seguir viviendo. Que los Transformers buenos, los Autobots, harán lo posible (como lo hacían en la serie de televisión de los ochenta) para defender a los mortales. Y que la suerte de la humanidad quedará en manos de un adolescente norteamericano que se muerte de las ganas de tener su propio carro.
¿Qué más? Que los efectos especiales son estupendos. Y que no podía ser de otra manera.