Calificación: **. Titulo original: Transylvania. Año de estreno: 2006. Guión y Dirección: Tony Gatlif. Actores: Asia Argento, Amira Casar, Birol Ünel, Alexandra Beaujard, Marco Castoldi, Bea Páya, Marina Boldizsac, Rares Budelaina.
Los extras miran a la cámara. Pueden ofrecérnosla como una poética mirada al desamor, como una película de carretera que nos vende la Rumania de los gitanos o como una bella sucesión de paisajes concebidos por un cineasta que sabe lo que hace. Y lo es. Es todo eso. Pero los extras miran a la cámara con una sonrisita que lo saca a uno de la historia. Los diálogos dan vergüenza ajena. La abrumadora Asia Argento hace una vez más el papel de Asia Argento. Y ese tono de documental que celebra los desgarros de la vida en Transilvania, que a veces parece venir del cine de Emir Kusturica y a veces de aquellas propagandas turísticas que la Disney filmó en los años de la guerra fría, la convierte en una curiosidad de nuestra cartelera: un largometraje que nos presenta un lugar exótico del planeta (cierto miserabilismo se asoma en la pantalla) mientras hace lo que puede para conmovernos con una historia de amor que ha sido forzada desde el principio.
Transylvania tiene algunas escenas memorables. Conmueven, sobretodo, las que suceden en las cabezas de sus dos protagonistas. Ella, Zingarina, ha descubierto que el músico al que tanto ama (y del que acaba de quedar embarazada) no quiere verla nunca más en la vida. Y él, Tchangalo, un tipo cansado que va detrás del dinero, ha caído en cuenta a tiempo de que tendrá que acompañarla en aquel viaje de recuperación. El director argelino Tony Gatlif, autor de relatos como El extranjero loco y Exilios, los acosa como un enviado especial al lugar de los hechos. Y fabrica los hechos a la fuerza.