Calificación: **1/2. Titulo original: La tigre e la neve. Año de estreno: 2005. Dirección: Roberto Benigni. Guión: Roberto Benigni y Vincenzo Cerami. Actores: Roberto Benigni, Jean Reno, Nicoletta Braschi, Tom Waits, Emilia Fox, Gianfranco Barreto, Giuseppe Battiston, Lucia Poli, Chiara Pirri.
Un extravagante poeta italiano, el enamoradizo Attilio de Giovanni, viaja a Bagdad en busca de aquella mujer distante que se le aparece hasta en los sueños. La cuestión es, por supuesto, que los sagrados escenarios de las mil y una noches han sido convertidos en ruinas por el ejército de Estados Unidos. Y que encontrarla por ahí, en algún refugio o algún hospital de la ciudad, no va a ser garantía de nada. De la mano del bullicioso cineasta italiano Roberto Benigni, eso sí, recordaremos por qué llegó a conmovernos tanto en un primer momento la engañosa La vida es bella. Volveremos a agradecer la tristeza que salva los chistes tontos. Y los chistes tontos que salvan la cursilería. Pero al final sentiremos, con cierta vergüenza ajena, que ya habíamos visto antes todo eso, que Benigni ha repetido descaradamente una fórmula para probarnos, sin querer, que ni siquiera la primera vez había funcionado.
Hay muchas razones, sin embargo, para que las obras del director, todo un icono del cine de su país, se conviertan en un placer culposo. Se puede ver El tigre y la nieve, por ejemplo, para reconocer a Tom Waits entonar una conmovedora canción titulada You Can Never Hold Back Spring. Se puede ver para reírse de (es decir: para no olvidar que existen) cosas tan terribles como los campos minados o para sorprenderse una vez más por el trabajo mecánico, en piloto automático, del francés Jean Reno. Se puede ver, incluso, por su giro final. Y por ese último plano, esa puerta abierta, que nos demuestra que de alguna extraña manera queremos a ese comediante insoportable.