Descubriendo a Forrester

Calificación: **1/2. Título original: Finding Forrester. Año de producción: 2000. Dirección: Gus Van Sant. Guión: Mike Rich. Actores: Sean Connery, Rob Brown, F. Murray Abraham, Ana Paquin, Busta Rhymes, April Grace.

El oficio del escritor es uno de los menos cinematográficos que existen. Es mucho más emocionante ver a un médico o a un bombero en acción: ellos, a diferencia de los poetas, que todo el día se sientan a un escritorio a teclear, salvan pacientes o apagan incendios. Es decir: se mueven. Y el cine trata de captar el movimiento.

Cuando se filma la historia de un escritor lo más probable es, entonces, que su escritura no aparezca por ninguna parte. Se mostrarán, en cambio, sus conflictivas relaciones personales y sus peores momentos de crisis. Y nada más. Por eso Arthur Rimbaud y Paul Verlaine, en Eclipse total, no parecen poetas que disfrutan de su intermitente homosexualidad sino homosexuales que escriben versos en sus ratos libres. 

Gus Van Sant, un director que alguna vez fue percibido por la crítica como un provocador iconoclasta, se queda en la sensibilidad de su último éxito, Good Will Hunting, y presenta, en Descubriendo a Forrester, la muy previsible historia de la amistad entre un aclamado escritor, William Forrester, que, como Sallinger, el autor de El guardián entre el centeno, ha tomado la decisión de no salir nunca más de su apartamento, y un adolescente, Jamal, que, a pesar de la pobreza y el racismo, manifiesta una indomable vocación a la literatura.

Descubriendo a Forrester es agradable, pero no consigue emocionar en los momentos en que debería lograrlo, tal vez porque nunca comprendemos del todo los conflictos y las crisis de esos dos amigos que de vez en cuando escriben. Pero bueno: sale Sean Connery y divierte. Y eso suele ser suficiente.