Volver

Calificación: ***. Título original: Volver. Año de estreno: 2006. Guión y Dirección: Pedro Almodóvar. Actores: Penélope Cruz, Carmen Maura, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo, Chus Lampreave, Antonio de la Torre, Carlos Blanco, María Isabel Díaz, Neus Sanz, Leandro Rivera, Yolanda Ramos, Carlos García Cambero.  

Quien haya visto los tres más recientes largometrajes del cineasta español Pedro Almodóvar, Todo sobre mi madre (1999), Hable con ella (2002) y La mala educación (2004), podrá llegar a la conclusión de que, sumados, dentro de la peculiar obra del director, forman un conmovedor ciclo sobre el conocidísimo esfuerzo humano por "cerrar las heridas del pasado". Tal vez sea este tema, el tema de la redención, el tema de las cicatrices invisibles, lo que haya hecho a estas películas desiguales tan populares en el mundo: Almodóvar ha puesto su intuición, su gracia y su experiencia cinematográficas al servicio de unos personajes que tratan de hacer las paces con los dramas que dejaron pendientes (que es, probablemente, lo que ahora le sucede a él mismo) y ha conseguido que un auditorio que antes lo miraba como una curiosidad lo mire ahora como una verdad probada, una marca registrada, un indudable maestro del cine. Volver, cargada de arrepentimientos que lo tocan a uno poco a poco, resume con gracia esta fase de su carrera: es un relato modesto, efectivo, contenido, de ese narrador experto que parece estar más allá de los gustos.

Comienza en un cementerio de La Mancha, entre las lápidas, porque la gente de la región es incapaz de abandonar a sus muertos. Raimunda lava la tumba de su madre, letra por letra, bajo la mirada de su hermana Sole. Muy pronto, en medio de una divertida trama de suspenso, una legión de mujeres valientes, entre ellas su hija, su tía, su vecina de toda la vida y el fantasma de la madre que perdió en un incendio, la obligarán a enfrentar el secreto que no la ha dejado vivir durante tantos años. Las actuaciones de Penélope Cruz, Carmen Maura y Blanca Portillo no nos dejarán perder de vista el dolor. Y la mirada de viejo del realizador, solamente alterada por una secuencia paródica en un talk show, que pretende recordarnos que la ropa sucia debe seguirse lavando en el arte (y que acaso sea un guiño, una despedida, a ese primer Almodóvar que caricaturizaba al mundo), nos lleva adentro de nosotros mismos, a nuestras propias nostalgias, de una manera que muy pocos relatos consiguen.    

La trama está montada sobre un misterio que decepciona (por la explicación aparatosa) cuando finalmente se resuelve: lamenta uno, en ciertas historias que juegan con secretos, que al final se caiga en el esclarecimiento. Pero Volver es, siendo justos, una buena película. Y llamarla desigual, sacarle en cara sus parodias altisonantes y sus explicaciones no pedidas, puede hablar tanto de la obra como de quien la reseña. Alguien, que reclame que esa desigualdad es un estilo, podrá decir que no se puede criticar a Almodóvar por ser Almodóvar. Y tendremos que concluir, entonces, que nadie, ningún artista, está más allá de los gustos.  Que una cosa es reconocer que Fernando Botero es un gran pintor. Y otra muy diferente ver con asombro la siguiente gorda.