Calificación: **. Título original: Poseidon. Año de estreno: 2006. Dirección: Wolfgang Petersen. Guión: Mark Protosevich, basado en la novela de Paul Gallico. Actores: Josh Lucas, Kurt Russell, Richard Dreyfuss, Jacinda Barrett, Emmy Rossum, Mike Vogel, Mia Maestro, Jimmy Bennett, Freddy Rodriguez, Andre Braugher.
No debe extrañarnos que Poseidón, como La profecía o King Kong o La guerra de los mundos, sea otra "nueva versión" (los gringos usan la palabra "remake") de una película que tuvo mucho éxito en su tiempo: el largometraje animado Blanca nieves y los siete enanos, uno de los primeros clásicos taquilleros de Hollywood, fue filmado cuatro veces antes de su exitoso estreno en 1937. Lo que en verdad debe sorprendernos es que, a pesar de los recursos invertidos en esta producción, de los esfuerzos de los talentosos actores protagonistas, y de la experiencia de su director, el mismo Wolfgang Petersen que filmó El bote, En la línea de fuego y La tormenta perfecta, no estemos ante una extraordinaria reinterpretación de la tragedia de aquel gigantesco crucero (que ha sido contada, desde 1972, en tres ocasiones), sino frente a una aventura que parece narrada por alguien que no quería narrarla.
Filmar la nueva Poseidón costó 160 millones de dólares. Y sin embargo nada, solamente un par de secuencias cargadas de efectos especiales, parece justificar semejante cifra. Entendemos perfectamente que los diez personajes principales se enfrentan a una travesía que podría costarles la vida (una ola traicionera ha volteado el lujoso barco en el que pretendían celebrar el año nuevo), pero sus gestos, sus personalidades y sus dramas personales, apenas esbozados en los afanosos primeros minutos del relato, no nos son suficientes para sentir que alguna verdadera vida –una intimidad escondida detrás de una rutina- se encuentra en peligro de muerte. Vemos con nuestros propios ojos el desastre, recordamos de inmediato las imágenes del tsunami, del 11 de septiembre, del huracán Katrina, pero la velocidad con que se suceden las escenas no nos deja olvidar que en la pantalla no hay nada más que una superproducción de vacaciones que no le llega a los tobillos a la original. Notamos que los actores protagonistas, en especial Josh Lucas, Kurt Russell y Richard Dreyfuss, hacen lo mejor que pueden (incluso se creen sus personajes) para vencer sus propios cinismos, pero no nos preocupamos por ellos porque, como hasta los momentos de suspenso se sienten falsos, sabemos que algún día los volveremos a ver en alguna otra película.
El cineasta alemán Wolfgang Petersen, que no es otro asesino a sueldo contratado por los grandes estudios, sino un estupendo narrador que pasa por el momento más perezoso de su carrera (su trabajo anterior fue Troya: quizás esté ahorrando para filmar otra obra que sí le importe), se ha dejado encasillar, con el estreno de Poseidón, como "el director oficial de las películas de desastres marítimos". Y no, no ha valido la pena. Ni siquiera los recaudos en las taquillas del mundo, que hasta hoy no alcanzan los 90 millones de dólares, han justificado esta vez su extrañísimo empeño de quedarse sin talento.