Viviendo con mi ex

Calificación: *1/2. Título original: The Break Up. Año de estreno: 2006. Dirección: Peyton Reed. Guión: Jeremy Garelick y Jay Lavender.  Actores: Vince Vaughn, Jennifer Aniston, Joey Lauren Adams, Ann-Margret, Vincent D'Onofrio, Cole Hauser, Jon Favreau, Peter Billingsley, Jason Bateman. 

Tendría que advertirse en los graciosos afiches, como se advierte en las cajetillas que el cigarrillo es malo para salud, que esta no es una ingeniosa comedia romántica. Tendría que aconsejarse antes de entrar en el teatro que, si se quiere ver una aventura en la que los miembros de una pareja rota descubren que están felizmente atrapados en un matrimonio, lo mejor es alquilar esa divertidísima comedia clásica de Leo McCarey titulada La horrible verdad (1937). O, si se quiere ver la violenta decadencia de un romance, lo más satisfactorio es repetirse La guerra de los Roses (1989) de Danny De Vito. Porque Viviendo con mi ex, que en inglés al menos se llama La ruptura, deja muy pronto de ser divertida. Y se convierte, de una escena a otra, en el aburridísimo drama de dos personajes que ni siquiera alcanzan el respetable título de caricaturas.

Él, Gary Grobowski, guía turístico en la ciudad de Chicago, se lanza sobre ella (quiero decir: trata de conquistarla a ella), Brooke Meyers, asesora de una sofisticada galería, durante un partido de béisbol entre los Cubs y los White Sox. Lo siguiente que se nos muestra, en los primeros quince minutos de la película, es que se enamoran, se van a vivir juntos y se dan cuenta, en una aparatosa comida familiar, de que no se entienden tanto como creían. Se separarían, claro, el mundo está lleno de parejas a punto de separarse, pero la pregunta "¿cuál de los dos se quedará con el apartamento recién comprado?" convierte el final del romance en una guerra mucho más patética que dramática, mucho más deprimente que graciosa.