Calificación: **. Título original: Non ti muovere. Año de producción: 2004. Dirección: Sergio Castellitto. Guión: Sergio Castellitto y Margaret Mazzantini basado en la novela del mismo nombre. Actores: Penélope Cruz, Sergio Castellitto, Claudia Gerini, Elena Perino, Paola Cerimele, Pietro De Silva, Angela Finocchiaro.
Un cirujano llamado Timoteo se enfrenta al cuerpo en estado de coma de su propia hija, la adolescente Angela, en un quirófano de la sala de urgencias en donde ha trabajado desde hace muchos, muchos años. El accidente de la niña –o mejor: la posibilidad de perderla de un momento a otro- obliga al médico a recordar la historia que definió el resto de su vida: el extraño, angustioso, simbólico romance extramarital que vivió con una mujer, Italia, a la que violó antes de enamorarse de ella. En fin. Quien ve No te muevas se encuentra a merced de la memoria melodramática de su protagonista. Lo que no tendría nada de malo si éste no se empeñara en recordar (en detalle, punto por punto, hasta quitarle importancia al drama de la quinceañera que se muere) las últimas décadas de una biografía marcada por una historia de amor poco conmovedora.
Quizás ver a Penélope Cruz, irreconocible en el papel de la frágil Italia, sea lo más interesante de esta película que se va quedando sin aire a fuerza de recuerdos. El del romano Sergio Castellito, que por segunda vez escribe, dirige e interpreta el papel principal en un largometraje, es un trabajo admirable, no cabe duda, aunque al final de la segunda hora de proyección se lamente su incapacidad de cortar esas inútiles escenas desgarradoras (la caída en la entrada de la clínica, la operación a riesgo personal) que poco a poco nos distancian del relato. Pero es la actuación de Cruz, su regreso desde la tumba de las peores películas de Hollywood, lo que convierte a No te muevas en una curiosidad.