Calificación: ****. Título original: The Cider House Rules. Año de producción: 1999. Director: Lasse Hallström. Guión: John Irving. Adaptado de su propia novela. Productores: Harvey Weinstein, Bob Weinstein. Actores: Tobey McGuire, Charlize Theron, Paul Rudd, Michael Caine, Dellroy Lindo, Kieran Culkin, Kate Nelligan. Música: Rachel Portman. Fotografía: Oliver Stapleton. Miramax. Ganadora de dos Premios Oscar.
Cuando Las reglas de la vida se termina, uno descubre que ha visto una película horriblemente triste. Pero cuando uno está dentro del teatro y ya se ha dejado llevar por las miradas y los diálogos, por las imágenes del invierno, del orfanato a punto de caerse y de los mares frente a los manzanos, tiene la sensación de ser testigo de un relato noble y esperanzador.
Homer Wells tiene veintiún años y nunca ha salido del orfanato en donde nació. No conoce otro paisaje que el del jardín de esa casa. Su familia son las enfermeras y los niños que aún no han sido adoptados. Es la mano derecha del doctor Wilbur Larch. Y el doctor –director del orfanato- aún no ha podido convencerlo para que lo reemplace.
Porque Homer ha llegado a su límite. No cree en las ideas de su mentor. Ya no quiere oír que el médico no es un Dios, que nadie debe imponer sus propias reglas, que cada ser humano llega a sus propias conclusiones, y una madre puede abortar, o dar a su hijo en adopción. No, él ya no quiere saber de abortos ni adopciones. Ahora quiere vivir en este mundo.
Es entonces cuando comienza el viaje: Homer se irá con una pareja de novios -ella ha quedado embarazada: han decidido abortar-, y, gracias a ellos, trabajará en un campo de manzanos, y ahí conocerá la soledad y el amor, el odio y la violencia, el incesto y la traición, y así, al final del viaje, todos los pecados y los delitos se reducirán, desde su punto de vista, a simples hechos.
Así ha leído Lasse Hallström, el director de Mi vida como un perro, la novela y el guión del norteamericano John Irving: como un viaje iniciático en el que un huérfano descubre que sí ha tenido un padre, que todos los juegos son fáciles de jugar cuando son otros quienes los juegan, que hay una vida en la teoría y una vida en la práctica. Sobre eso se trata su película. Desde afuera puede ser una película controvertida. Pero desde adentro es una historia sobre los acuerdos a los que llegamos para soportar el mundo.