Calificación: **1/2. Título original: Brodeuses. Año de producción: 2004. Dirección: Éléonore Faucher. Guión: Éléonore Faucher y Gaëlle Macé. Actores: Lola Naymark, Ariane Ascaride, Marie Félix, Thomas Laroppe, Arthur Quehen, Jackie Berroyer, Anne Canovas, Marina Tomé, Elisabeth Commelin, Christophe Hatey, François Nöel.
Quizás se necesite, para sentirse bien frente a esta película, la paciencia que ostentan las bordadoras. No es nada fácil seguir el drama de su protagonista, la desganada Claire Moutiers, una joven pelirroja que ha quedado embarazada en el peor momento de su vida: avivada por la mala relación que sostiene con el padre, estimulada por los problemas que tiene con su pequeña familia, consciente de que estar vivo no parece ser un premio para nadie, Claire, completamente decidida a entregar a su bebé en adopción y hastiada de las miradas de sus compañeras de trabajo, se refugiará en una conmovedora amistad con su jefe, la afligida señora Melikian, célebre bordadora de la región, que al menos la obligará a asomarse a un mundo que ocurre más allá de su propio drama. Sucederá despacio, a punta de silencios, imágenes delicadas y diálogos cortos, pero finalmente sucederá. Algo se tejerá poco a poco entre esos personajes, sí, aunque no se nos permita entenderlos del todo.
Ciertas películas resultan mucho mejores cuando se piensan que cuando se ven. Lo más probable es que Las bordadoras sea una de ellas. Aun cuando se ve como un relato bien interpretado que da un paso cada media hora, un largometraje que tiende a extraviarse mientras sigue a su protagonista adolescente en el camino hacia la esperanza, semanas después se recuerda como una obra menor, filmada con una sensibilidad especial, que reivindica la amistad como camino hacia la redención. Tendrá su público: eso es. Pero será difícil encontrar espectadores dispuestos a verla de nuevo.
Calificación: **1/2. Título original: Brodeuses. Año de producción: 2004. Dirección: Éléonore Faucher. Guión: Éléonore Faucher y Gaëlle Macé. Actores: Lola Naymark, Ariane Ascaride, Marie Félix, Thomas Laroppe, Arthur Quehen, Jackie Berroyer, Anne Canovas, Marina Tomé, Elisabeth Commelin, Christophe Hatey, François Nöel.
Quizás se necesite, para sentirse bien frente a esta película, la paciencia que ostentan las bordadoras. No es nada fácil seguir el drama de su protagonista, la desganada Claire Moutiers, una joven pelirroja que ha quedado embarazada en el peor momento de su vida: avivada por la mala relación que sostiene con el padre, estimulada por los problemas que tiene con su pequeña familia, consciente de que estar vivo no parece ser un premio para nadie, Claire, completamente decidida a entregar a su bebé en adopción y hastiada de las miradas de sus compañeras de trabajo, se refugiará en una conmovedora amistad con su jefe, la afligida señora Melikian, célebre bordadora de la región, que al menos la obligará a asomarse a un mundo que ocurre más allá de su propio drama. Sucederá despacio, a punta de silencios, imágenes delicadas y diálogos cortos, pero finalmente sucederá. Algo se tejerá poco a poco entre esos personajes, sí, aunque no se nos permita entenderlos del todo.
Ciertas películas resultan mucho mejores cuando se piensan que cuando se ven. Lo más probable es que Las bordadoras sea una de ellas. Aun cuando se ve como un relato bien interpretado que da un paso cada media hora, un largometraje que tiende a extraviarse mientras sigue a su protagonista adolescente en el camino hacia la esperanza, semanas después se recuerda como una obra menor, filmada con una sensibilidad especial, que reivindica la amistad como camino hacia la redención. Tendrá su público: eso es. Pero será difícil encontrar espectadores dispuestos a verla de nuevo.