Calificación: **. Título original: Dodgeball: a true underdog story. Año de producción: 2004. Guión y Dirección: Rawson Marshall Thurber. Actores: Vince Vaughn, Ben Stiller, Christine Taylor, Rip Torn, Justin Long, Stephen Root, Joel David Moore, Chris Williams.
Las comedias protagonizadas por Ben Stiller suelen ser menos malas que el resto de las comedias norteamericanas de estos años. Puede decirse, incluso, que algunas son buenas. Y que pase lo que pase, Stiller, el modelo tonto de Zoolander, el enfermero maldito en La familia de mi novia, el ejecutivo en sudadera de Los excéntricos Tenembaum, siempre logrará ponernos de su lado. Estamos con él en Pelotas en juego, esta parodia de las películas de deportes (que en el fondo son películas de superación personal para hombres que se resisten a leer El alquimista), a pesar de que interpreta al tipo más mezquino que podamos imaginar, el dueño déspota de un gimnasio de pueblo, White Goodman, que quiere acabar a como dé lugar con lo poco que queda de la competencia.
No puede decirse mucho más de Pelotas en juego. Que es exactamente la tontería que uno cree que va a entrar a ver. Que tiene un par de momentos, tipo Ben Stiller, que vale la pena ver. Que su trama termina por enfrentar a los dos gimnasios antes citados en un divertido partido de dodgeball (un deporte controvertido, de colegio gringo, cuyo objetivo principal es eliminar a los ocho jugadores del equipo contrario golpeándolos con el balón en algún lugar bajo los hombros), que los chistes se agotan durante la última media hora de la producción y que las apariciones especiales de gente como Chuck Norris, Lance Armstrong o David Hasselhoff nos salvan de caer en el aburrimiento.
Sí, dicho así no suena a buena comedia. Pero puede pensarse, sin ningún problema, que es un poco menos mala.