Calificación: ***. Título original: Kill Bill Vol. 2 Año de producción: 2004. Guión y Dirección: Quentin Tarantino. Actores: Uma Thurman, Daryl Hannah, Michael Madsen, David Carradine, Gordon Liu.
Cuando uno no sabe muy bien qué pensar sobre una película que acaba de ver (lo mismo podría aplicarse a los libros, a la música, al teatro), es útil preguntarse si sus escenas han conseguido emocionarnos. Conviene indagar en nuestra memoria, más tarde, si es por culpa de ciertos momentos fallidos que no hemos podido decir "es una película excelente". El segundo volumen de Kill Bill, igual que el primero, está lleno de momentos inolvidables (el monólogo de Bill sobre Superman es extraordinario), pero se prolonga más de la cuenta, no logra convencernos de que en verdad –debajo del kung fu, el film noir y el tarantinismo- era una simple historia de amor, y se pierde, después de un rato, en sus pequeñas parodias. El brillante Quentin Tarantino ha logrado, eso sí, dirigir a Uma Thurman en una de sus mejores actuaciones. Sin duda es un cineasta fascinante.
Los espectadores informados se preguntarán cómo habría resultado Kill Bill si hubiera sido, como se anunció en un principio, un solo largometraje de un poco más de tres horas. ¿No le habría ido bien en las taquillas?, ¿sería un ejercicio insoportable del autor de Pulp Fiction?, ¿sentiríamos que es una obra maestra? Tendremos que vivir, creo, con esos interrogantes. Porque la historia de esa "novia" que sólo quiere venganza, plagada de erudición de alquiler de videos, cubierta por una banda sonora apasionante, llena de pruebas del genio de un cinéfilo (sólo Martin Scorsese podría ganarle a Tarantino en el amor por este arte), ya ha sido contada en dos partes excesivas, divertidas, desiguales.