Baran

Calificación: ***. Título original: Baran. Año de producción: 2001. Guión y Dirección: Majid Majidi. Actores: Hossein Abedini, Zahra Bahrami, Mamad Amir Naji, Hossein Mahjoub, Abbas Rahimi, Gholam Ali Bakhshi, Jafar Tawakoli, Yadollah Hedayati.   

El verdadero amor es el amor irrealizable: es eso lo que suelen decirnos las películas que vemos y eso lo que ocurre en este drama dirigido por el iraní Majid Majidi. Un hombre joven llamado Lateef, cocinero en un edificio en obra (hace lo que puede, igual que los demás personajes de la historia, para sobrevivir al Teherán de estos años), se queda sin el trabajo más cómodo de la construcción por culpa de su mal temperamento: la obsesión con su reemplazo en la cocina, un incomprensible niño afgano que no consigue cargar un solo bulto de cemento pero sabe hacer un té que le gusta a todos los obreros, lo llevará a enamorarse de la persona equivocada en el momento equivocado. Y a descubrir, de paso, que querer a alguien es tragarse los peores sentimientos, convertirse en otro y saber hacerse a un lado.

Decir más sería, creo, arruinar el gran enigma que le da sentido a este largometraje. Lo único que puede agregarse, sin correr el riesgo de dañarle nada a nadie, es que el brillante Majidi, autor de Los niños del cielo y El color del paraíso, esta vez no ha bordeado aquel patetismo que ensombrecía un poco sus anteriores producciones. Se ha dedicado a ser testigo de la transformación de un hombre, en cambio, con la sobriedad de quien ha aprendido a cargar con tragedias por la vida. En el fondo del romance imposible que tanto lo conmueve, sin caer en denuncias de paso ni en explicaciones no pedidas, ha dejado que suceda un documental oportuno sobre los horrores que viven los afganos: se trata, en mi concepto, de una prueba más del buen oficio de un gran cineasta.