El bonaerense

Calificación: **1/2. Título original: El bonaerense. Año de producción: 2002. Guión y Dirección: Pablo Trapero. Actores: Jorge Román, Hugo Anganuzzi, Mimi Arduh, Darío Levy, Víctor Hugo Carrizo, Roberto Posse, Luis Vicat, Graciana Chironi, Aníbal Barengo, Lucas Olivera. 

Un inocente cerrajero de la provincia de Buenos Aires, "El Zapa" Mendoza, resulta implicado en el robo de una caja fuerte que ha abierto sólo porque su jefe se lo ha ordenado. Es injusto que lo detengan en la comisaría, sí, pero él no parece capaz de decir algo como eso. Su mirada se pierde como la de un perro callejero que sospecha que cualquier transeúnte puede darle una patada. Su voz no llega completa a los oídos de nadie. Si su tío Ismael no hubiera sido policía alguna vez, si no lo sacara de la celda con las influencias que le quedan y no lo enviara con una carta de recomendación a la policía de la ciudad, su vida se quedaría en esa cárcel. "El Zapa" va por el mundo, igual que los caballos de carga, sin levantar la cabeza del todo: aunque toma el curso de preparación, se convierte en un incoherente agente de la ley y se debate entre el largo camino que le propone su instructora y el atajo que le impone el nuevo capitán de la estación, nada dentro de él parece trasformarse.

Porque las cosas sólo pasan, y nadie ni nada puede atravesarse en la vía de lo que ocurre. Es eso, tal vez, lo que pretende documentar El bonaerense: sí, claro, le interesa mostrar que el policía es un trabajador como cualquiera, que la corrupción, la violencia y la injusticia se encuentran en la base de los más débiles sistemas de poder, y que la literaria Buenos Aires también es una pintoresca, peligrosa, abandonada esquina del tercer mundo (por todo esto, creo, fue especialmente bien recibida en el Festival de Cannes: mientras a los norteamericanos les fascina pensar que nuestras ciudades son campos de tiro en donde unos tipos de bigote han aprendido a agacharse justo a tiempo, a los europeos –los franceses lo son- les gusta creer que Latinoamérica es una exótica selva virgen llena de sicarios redimibles), pero sobretodo quiere decirnos que, como cualquier trabajador del planeta, estamos condenados a vivir en el presente.

Pablo Trapero, el director, un argentino de 33 años conocido por Mundo grúa, una ficción sobre la clase obrera de su país, superó el famoso "corralito" económico, entre muchos otros obstáculos, para producir El bonaerense. El resultado, a medio camino entre la radiografía social y el relato policiaco, hace evidente que corrió un gran riesgo cuando decidió que su personaje principal no pareciera conmoverse ante ninguna de las desgracias que le suceden: sí, la indolencia de "El Zapa" subraya la idea de un hombre acostumbrado a los giros de los días (la reservada actuación de Jorge Román le sirve bien a este propósito), pero después de un tiempo resulta incomprensible, y deja a la historia, al final, en las manos de una serie de personajes secundarios que únicamente alcanzan a ser perfilados.

El mejor de todos, un detective que cree ciegamente en los extraterrestres, desaparece también sin despedirse.