Malos pensamientos

Calificación: *. Título original: Very Bad Things. Año de producción: 1998. Guión y Dirección: Peter Berg. Actores: Jon Favreau, Cameron Díaz, Christian Slater, Daniel Stern, Jeanne Tripplehorn.

Malos pensamientos no es una comedia. Peter Berg, su director, ha elegido al humor para narrarla, pero los personajes y sus accidentes no son nada divertidos y no merecen el rótulo de semejante género. Reírse de cualquiera de sus chistes no sería terapéutico sino digno de terapia.  

Berg, uno de los protagonistas de Chicago Hope, ha querido descansar de la televisión, y ha escrito, para ello, el drama de un grupo de cinco amigos que, a partir de una accidentada despedida de soltero, comienza a desbaratarse por culpa de una cadena de crímenes innecesarios.

Berg ha contado con un estupendo grupo de actores, ha filmado la película sin restricciones económicas y la ha estrenado en las principales ciudades de todo el mundo, pero no ha elegido el tono de tragedia que la historia requería, no ha podido escapar del ritmo de la televisión, y, en su afán de darle paso a la aventura, no ha terminado de presentar a sus personajes, y por eso, porque carecen de motivaciones y de gestos humanos, no preocupan, ni afectan, ni conmueven.

Ha hecho, pues, una película llena de esos malos pensamientos que vienen y van y pasan por la cabeza de todos los días, pero la ha narrado con una frialdad, un cinismo y una crueldad tan fuera de sitio, que, juntas, han entorpecido el talento de todo un equipo de producción y han sometido todas las posibilidades de una anécdota que, en la teoría, podría haber sido interesante.   

Malos pensamientos es inolvidable porque ha querido reírse de la hipocresía de la sociedad, pero, en su esfuerzo por escandalizar y derribar tabúes, se ha convertido en todo menos en una película chistosa.