Calificación: **. Título original: Knocking On Heaven's Door. Año de producción: 1997. Dirección: Thomas Jahn. Guión: Thomas Jahn y Til Schweiger. Actores: Til Schweiger, Jan Josef Liefers, Thierry Van Werveke, Moritz Bleibtreu, Huub Stapel, Leonard Lansink.
Los dos enfermos terminales, Martin Brest y Rudi Wurlitzer, quieren ver el mar antes de morir. Escapan del hospital en el carro de un par de gángsteres ineptos y, estimulados por un par de botellas de tequila, emprenden una aventura que aparecerá en todos los noticieros de televisión y llegará a oídos de un peligroso mafioso interpretado por Rutger Hauer. Sí, tal como suena. Golpeando las puertas del cielo, que toma su título de la famosa canción de Bob Dylan y ganó el Festival de Sitges en 1997, irá del patetismo a la nostalgia y de la melancolía al humor negro como si no confiara en la historia que cuenta. Y se quedará poco a poco sin amigos cuando su esfuerzo por complacer a todos –a los fanáticos del cine de acción, a los coleccionistas de comedias fáciles y a los seguidores de los valientes dramas sobre el cáncer- se haga demasiado evidente.
No se trata, en ningún momento, de una película sin virtudes. Hay algunos momentos, de hecho, que nos convencen de sus buenas intenciones, del talento de sus intérpretes y de las posibilidades de su argumento. El problema está, tal vez, en que no parece posible narrar el horror de las enfermedades terminales con bromas de ¿Y dónde está el policía?, y no porque haya que olvidar el sentido del humor en ciertas situaciones –no, no es eso: sabemos que el humor sana- sino porque pronto, muy pronto, recibimos el mensaje equivocado, un inevitable "en esta película todo pasa porque sí y ninguna escena ha sido tomada en serio" , y entonces nos tiene sin cuidado la suerte de los dos protagonistas del relato. Que vivan o mueran: da igual.