Calificación: *1/2. Título original: Hollywood Homicide. Año de producción: 2003. Director: Ron Shelton. Guión: Robert Souza y Ron Shelton. Actores: Harrison Ford, Josh Hartnett, Lena Olin, Keith David, Bruce Greenwood, Martin Landau, Lolita Davidovich, Dwight Yoakam, Isaiah Washington.
Los alquileres de video tienen las pruebas de que Harrison Ford no es sólo uno de los grandes héroes de la historia del cine: si uno alquila Búsqueda frenética, de Roman Polanski, se da cuenta de que pocos actores pueden, como él, contener los vaivenes de la tristeza; si ve por primera vez Testigo en peligro, de Peter Weir, descubre que su mirada es capaz de transmitir la peor de las frustraciones; si en uno de los anaqueles menos visitados encuentra La fuerza de la verdad, de Mike Nichols, es testigo de su capacidad para encarnar la crueldad, el asombro, el desencanto. Lo que más duele de su última aparición, en Hollywood: departamento de homicidios, es que su secreta vocación a la comedia haya aparecido así, de pronto, en una película tan mala.
Ver a Harrison Ford en la producción que nos ocupa, rodeado de personajes salidos del canal Mtv, es tan triste como ver a Diego Maradona jugando un partido en el actual campeonato de fútbol colombiano: interpreta con dignidad a un veterano detective de Los Ángeles, Joe Gavilan, que debe investigar, junto con su joven compañero de patrulla, un homicidio ocurrido en el peligroso mundo del rap, pero, como el guión y la dirección de Ron Shelton, autor de Bull Durham, se resisten a aceptar que se han quedado muy pronto sin una historia para contar –se detienen, por ejemplo, en los empleos paralelos de los dos detectives-, el inolvidable intérprete de Indiana Jones, perdido en una serie de escenas inconexas, se ve forzado a recibir pasteles de crema en la cara, desde el principio hasta el final, con la esperanza de que eso sea la comedia.