Calificación: **1/2. Título original: Sur mes levres. Año de producción: 2002. Dirección: Jacques Audiard. Guión: Jacques Audiard y Tonino Benacquista. Actores: Vincent Cassel, Emmanuelle Devos, Olivier Gourmet, Olivier Perrier, Olivia Bonamy, Bernard Alane.
Es un drama inquietante que desemboca en una aparatosa película de suspenso. Sus dos actores principales, Emmanuelle Devos y Vincent Cassel, consiguen convencernos de la extraña amistad entre aquella secretaria sorda, Carla, que se ha quedado sin vida a los 35 años y pasa noches enteras imaginándose patéticas escenas de amor frente al espejo, y un violento ex presidiario convertido en mensajero, Paul, que a los 25 años parece atrapado en la vida de los criminales y ni siquiera encuentra un lugar para dormir. Las actuaciones son, sin duda, la virtud evidente de Lee mis labios: sabemos que los personajes buscan una salida a sus terribles soledades, a pesar de los obstáculos que impone la trama más o menos policíaca, gracias a los riesgos que corren los dos protagonistas.
La dirección de Jacques Audiard, que pretende cruzar los géneros y resolver conflictos de fondo en medio de situaciones extremas, perturba con los nerviosos movimientos de su cámara y con los efectos sonoros que nos ponen en el lugar de la secretaria, pero al final nos conduce a la risa, olvida detalles importantes de su historia y deja por el camino una serie de personajes sin espíritu (¿qué pasa, por ejemplo, con el inspector desolado que entrevista cada semana al mensajero?, ¿sufriría la narración si no conociéramos su intimidad?, ¿refuerza su secreto, acaso, una tesis central de la historia?). No, no estamos ante una película despreciable. No deberíamos dejarla salir de cartelera sin haberla visto. Pero debemos tener muy claro que no es un pequeño drama francés, sino una arrogante película de suspenso.