Las horas

Calificación: ****. Título original: The Hours. Año de producción: 2002. Dirección: Stephen Daldry. Guión: David Hare. Basada en la novela de Michael Cunningham. Actores: Meryl Streep, Julianne Moore, Nicole Kidman, Ed Harris, John C. Reilly, Jeff Daniels, Claire Danes.  

La escritora Virginia Woolf se levanta, una mañana de 1925, con una primera frase para una novela: "La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores", escribe. Y a partir de ese momento dos mujeres más, en dos ciudades de otros tiempos, también se hacen conscientes de la imposibilidad de "encontrar la paz evitando la vida" y de los riesgos que traen la inmovilidad, la soledad y el silencio: en Los Ángeles, en 1951, la muy triste Laura Brown, un ama de casa ejemplar a pesar de sus propios nervios, emprende la lectura de aquel libro, La señora Dalloway, porque "es sobre una anfitriona a la que todos ven bien aunque no lo esté", y en el Nueva York de cincuenta años después, cuando un día no alcanza para nada y todas las señales significan la desesperanza, la editora Clarissa Vaughan le anuncia a su novia, Sally, que ella misma comprará las flores de la fiesta que le ofrecerá a un amigo a punto de morir.

Eso vemos en Las horas. Que tres mujeres atrapadas dentro de ellas mismas hacen lo que pueden para llegar de la mañana hasta la noche. Se trata de una brillante puesta en escena de la extraordinaria novela escrita por el norteamericano Michael Cunningham –la inmejorable versión de Editorial Norma aún se consigue en las librerías colombianas- que se convierte, no obstante, en un ejemplo contundente de lo que tiene de único el lenguaje cinematográfico. Si el libro de Cunningham era literatura y nada más porque en sus palabras ocurría el misterio y en sus pequeñas rimas se sugerían noticias sobre nuestra estadía en el mundo, su adaptación es cine y solo cine porque entendemos la tragedia de esas tres historias por obra y gracia del montaje –que compara, bajo la atmósfera compuesta por Philip Glass, la soledad diaria de aquellas tres vidas y, de paso, las escalofriantes interpretaciones de Nicole Kidman, Julianne Moore y Meryl Streep- y entonces recordamos que la edición, la forma en que se suman todos los fotogramas, es la característica primordial de las películas.

Puede ser útil, para comprender por qué salimos tan tristes del teatro, preguntarse "¿a cuáles "horas" se refiere el título de este relato?"  Porque sí, quizás tengan mucho que ver, como las tres protagonistas de la historia, con Irene, Eunomía y Dice (o, mejor, con "paz", "orden" y "justicia"), las tres hijas de Zeus y de Temis, que en la mitología griega simbolizaban el lento paso del día y parecían condenadas a acompañar, criar y custodiar a los dioses de siempre, pero tal vez se trate de las terribles horas por venir, de las que tendremos que atravesar solos, minuto a minuto, con todo lo que somos y que nunca podremos comunicar a los demás. Porque en esa soledad, que intuye Virginia Woolf en el mundo de hace ochenta años, y que crece y crece en las habitaciones privadas de Laura Brown y de Clarissa Vaughan, ya no quedan los dioses sino las preguntas sin respuesta del silencio.