Calificación: **1/2. Título original: The Mothman Prophecies. Año de producción: 2002. Dirección: Mark Pellington. Guión: Richard Hatem, basado en el libro de John A. Keel. Actores: Richard Gere, Laura Linney, Debra Messing, Will Patton, Lucinda Jenney, Alan Bates.
Se puede llegar a pensar, cuando termina Mensajero de la obscuridad, que ninguno de los involucrados sabía muy bien qué estaba pasando en las escenas determinantes de la película. El director le dedicaba su energía a conseguir la atmósfera de los peores sueños, los actores se dejaban llevar por el miedo ante lo incomprensible y el guionista le daba a la trama algo similar a la coherencia, pero nadie se atrevía a imaginar el confuso resultado que vendría. Han debido hacerlo: al fin y al cabo, el largometraje se inspira en un libro de John A. Keel, experto en fenómenos extraterrestres, en el que se recoge una serie de borrosas leyendas urbanas que los habitantes de Point Pleasant, en West Virginia, Estados Unidos, le cuentan a sus hijos desde la década de los sesenta: la mutilación de las reses del lugar, las llamadas telefónicas de una voz de ultratumba, la aparición de un temible monstruo con alas.
¿Por qué recomendar una historia de terror basada en testimonios delirantes consignados en un sospechoso volumen de divulgación? Porque sus escenas inexplicables dan muchísimo miedo. Porque no se olvida al día siguiente. Y porque sus actores, bajo las sombras diseñadas por el director, logran darle credibilidad al más absurdo de los materiales (la primera línea del texto de Keel lo dice todo: "los dedos de un relámpago rasgaron los cielos negros mientras un chaparrón enfadado mojaba el paisaje surrealista") y hacen posibles situaciones que sobre el papel producían ataques de risa. Sí, vale la pena ver esta película: lo peor que puede ocurrirnos es no saber muy bien qué está pasando.