Calificación: ***1/2. Título original: The Quiet American. Año de producción: 2002. Dirección: Phillip Noyce. Guión: Christopher Hampton y Robert Schenkkan. Basado en la novela de Graham Greene. Actores: Michael Caine, Brendan Fraser, Do Thi Hai Yen, Rade Serbedzija.
Habría tres razones, al menos, para exigir que El americano no saliera tan pronto de cartelera. La primera, creo, es que la historia y sus personajes, aparte de recordarnos aquellos conflictos entre lo individual y lo colectivo que planteaba Casablanca en 1943, nos dan verdaderas luces sobre la situación que soporta nuestro país y sobre las delirantes ideas que intoxican la cabeza de los mismos norteamericanos que acaban de emprender, en los últimos días, una desconcertante guerra preventiva contra Irak. La segunda razón tendría que ser no perderse la oportunidad de apreciar el pulso narrativo de su director, el australiano Phillip Noyce, que desde su primera película, la inquietante Terror a bordo, no conseguía tanta tensión en cada escena. La tercera, que quizás sea la más evidente de todas, sería la de apreciar otra impresionante actuación de Michael Caine.
Pero, ¿cuál es la historia?, ¿por qué podemos decir que le habla a la situación actual de nuestro país?, ¿qué tiene que ver el Vietnam de 1952 con la Colombia de este año? Thomas Fowler, un veterano reportero del London Times, descubre, en el transcurso del relato, la respuesta. Para que el periódico aún lo sostenga en Saigón, para no verse forzado a dejar a Phuong, su amante, debe hallar una noticia importante. Y todo parece indicar que Alden Pyle, un americano impasible que conoce en un café y que parece completamente convencido de que los Estados Unidos están en el mundo para uniformarlo, pacificarlo y redimirlo, podría llevarlo hasta ella. No, no tendría gracia revelarla. Hay que ver esta película para conocerla.
Calificación: ***1/2. Título original: The Quiet American. Año de producción: 2002. Dirección: Phillip Noyce. Guión: Christopher Hampton y Robert Schenkkan. Basado en la novela de Graham Greene. Actores: Michael Caine, Brendan Fraser, Do Thi Hai Yen, Rade Serbedzija.
Habría tres razones, al menos, para exigir que El americano no saliera tan pronto de cartelera. La primera, creo, es que la historia y sus personajes, aparte de recordarnos aquellos conflictos entre lo individual y lo colectivo que planteaba Casablanca en 1943, nos dan verdaderas luces sobre la situación que soporta nuestro país y sobre las delirantes ideas que intoxican la cabeza de los mismos norteamericanos que acaban de emprender, en los últimos días, una desconcertante guerra preventiva contra Irak. La segunda razón tendría que ser no perderse la oportunidad de apreciar el pulso narrativo de su director, el australiano Phillip Noyce, que desde su primera película, la inquietante Terror a bordo, no conseguía tanta tensión en cada escena. La tercera, que quizás sea la más evidente de todas, sería la de apreciar otra impresionante actuación de Michael Caine.
Pero, ¿cuál es la historia?, ¿por qué podemos decir que le habla a la situación actual de nuestro país?, ¿qué tiene que ver el Vietnam de 1952 con la Colombia de este año? Thomas Fowler, un veterano reportero del London Times, descubre, en el transcurso del relato, la respuesta. Para que el periódico aún lo sostenga en Saigón, para no verse forzado a dejar a Phuong, su amante, debe hallar una noticia importante. Y todo parece indicar que Alden Pyle, un americano impasible que conoce en un café y que parece completamente convencido de que los Estados Unidos están en el mundo para uniformarlo, pacificarlo y redimirlo, podría llevarlo hasta ella. No, no tendría gracia revelarla. Hay que ver esta película para conocerla.