Intimidad

Calificación: **. Título original: Intimacy. Año de producción: 2000. Dirección: Patrice Chéreau. Guión: Patrice Chéreau y Anne Louis Trividic. Basados en historias de Hanif Kureishi. Actores: Mark Rylance, Kerry Fox, Susannah Harker, Allastair Galbraith, Marianne Faithfull.

Quien haya visto El último tango en París, la estupenda película de Bernardo Bertolucci, se encogerá de hombros cuando termine de ver Intimidad. Esta vez ocurre en el Londres de los decepcionados: Jay, un músico que ha dejado a su familia, y Claire, una actriz con una extraña vida secreta, no saben nada el uno sobre el otro –ni siquiera conocen sus nombres-, pero mantienen algo parecido a relaciones sexuales, todos los miércoles de todas las semanas, en el suelo de un apartamento casi desocupado. Y, mientras llega la hora señalada, tratan de sobrevivir a un par de rutinas, a un par de trabajos que detestan y a un par de amigos que han perdido la esperanza y que aparecen y desaparecen cuando el relato se empantana. No, no hay mucho más. Salvo, claro, una historia que se resiste a terminarse. Y una atmósfera pesada, tomada de los cuentos de Hanif Kureishi, que termina por volverse asfixiante.

Lo único que podría salvar a Intimidad, lo único que podría convertirla en algo así como "un drama interesante", son las extraordinarias actuaciones de sus dos protagonistas, Mark Rylance y Kerry Fox, que se entregan, sin mirar abajo, al abismo de sus papeles: las escenas de sexo, que provocaron un incómodo texto del crítico Alexander Linklater, esposo de la actriz, son las más explícitas que se hayan filmado, para una producción comercial, en los últimos años. Quedará esta película en nuestra memoria, pues, como una gran oportunidad para valorar la fascinante locura de los actores y una investigación sobre la intimidad que no consigue darle vida a sus personajes secundarios.