Calificación: **. Título original: Divine Secrets of the Ya-ya Sisterhood. Año de producción: 2002. Guión y Dirección: Callie Khouri. Actores: Sandra Bullock, Ashley Judd, Ellen Burstyn, Maggie Smith, James Garner.
Uno siente que ya la había visto antes. Primero, porque las películas de mujeres para mujeres se han convertido en todo un subgénero cinematográfico. Y, segundo, porque como Shirley McClaine y Debra Winger en La fuerza del cariño, Susan Sarandon y Natalie Portman en Cambio de vida, y Kate Capshaw y Winona Ryder en Donde reside el amor, Ellen Burstyn y Sandra Bullock se entregan, con sus talentos innegables y con el premio Óscar en la mente, a los papeles de "madre desastrosa pero encantadora" e "hija sarcástica pero sensata" en esta tragicomedia, Divinos secretos, que ha sido muy bien recibida en las salas de cine de los Estados Unidos.
La película, que se inspira en un par de novelas escritas por la norteamericana Rebecca Wells, comienza cuando Siddalee Walker, una dramaturga de 33 años, le confiesa a una inescrupulosa periodista de la revista Time que le debe a su madre, Vivian Jane Abbot, todos los traumas sobre los que escribe. La señora se enfurece, por supuesto, y jura que jamás volverá a hablarle a su hija, pero sus tres mejores amigas, sus compañeras de la hermandad de las Ya-Ya, que ella misma fundó cuando era una niña, se empeñan en buscar una reconciliación.
Sí, Divinos secretos está cargada de clichés, personajes inútiles y encuentros definitivos que nos tienen sin cuidado, pero sus maravillosas actrices, su extraordinaria música de carnaval y la nueva gran canción de Bob Dylan, Waitin' for You,que se oye mientras caen los créditos finales ("la felicidad es sólo un estado de ánimo", canta su garganta rota), nos reconcilian, por puntos, con el resultado.