Vanilla Sky

Calificación: ***. Título original: Vanilla Sky. Año de producción: 2001. Guión y Dirección: Cameron Crowe. Basada en Abre los ojos, escrita por Mateo Gil y Alejandro Amenábar. Actores: Tom Cruise, Penélope Cruz, Cameron Díaz, Jason Lee, Kurt Russell, Noah Taylor.

Los seguidores de Abre los ojos van a sentir que Vanilla Sky sobraba. Que con la película de Alejandro Amenábar era más que suficiente. Dirán, con razón, que esto, esta nueva versión de la aplaudida producción española de 1997, lo único que prueba es que la gran mayoría de los espectadores del mundo soportan cualquier relato cinematográfico, por oscuro y enrevesado que sea, si viene hablado en inglés y si sus protagonistas son Tom Cruise y Cameron Díaz.

Esa idea, la de que es hora de que todos los que no oyeron esta historia por ser en español finalmente la oigan, parece ser la que ha llevado a Cameron Crowe, el director de Jerry McGuire, a contar de nuevo el mal sueño de ese millonario obsesionado con su propia imagen que a partir del día de su cumpleaños entiende, gracias a un merecidísimo accidente y a una serie de eventos dignos del cine policíaco y el de ciencia ficción, que nos engañamos a nosotros mismos porque no soportamos vivir en la realidad y que ni siquiera si encontráramos la fórmula para ser felices seríamos capaces de aplicarla.

Buscar las diferencias entre la película de Amenábar y la versión de Crowe es interesante, y quizás conduzca a descubrir que la primera es enfática y efectista y la segunda entretenida y un poco más clara, o que, mientras el director español sabe que detrás de esa anécdota que gira y gira hay una profunda y muy seria reflexión sobre la realidad, el norteamericano está convencido de que en el fondo lo único que hay es un divertido personaje, uno solo, que a fuerza de creerse un dios invencible se ha labrado su propia pesadilla. Sí, la comparación es interesante, pero ahora lo mejor es pensar, en la medida de lo posible, que estamos ante una historia completamente nueva. Como cuando vemos la adaptación de una novela.

Vanilla Sky tiene un guión lleno de buenos chistes, un elenco inmejorable y una estupenda banda sonora que, por cuenta de las canciones de Peter Gabriel, Paul McCartney, R.E.M., Bob Dylan y Joan Osborne, subrayan el problema principal del protagonista: como el Ciudadano Kane de Orson Welles, el David Aames de Crowe, que ha sido apodado el "Ciudadano Pipí" en los altos círculos neoyorquinos, ha pretendido, toda la vida, que el mundo y sus habitantes se comporten exactamente como a él se le ha dado la gana.

La actuación de Tom Cruise no sólo hace pensar que nadie más podría haber hecho ese papel: carga, por completo, con los constantes giros de la narración. La dirección de Cameron Crowe, llena de ideas que sólo podrían habérsele ocurrido a un hombre que primero que todo es un buen espectador, nos lleva del comienzo al final sin embrutecernos. Es, aunque no parezca, todo un logro. Porque en una historia como éstas, cuyo objetivo central parecer ser el de jugar con las mentes de los espectadores, dice mucho que de vez en cuando aparezcan emociones.