Calificación: ***1/2. Título original: The Majestic. Año de producción: 2001. Dirección: Frank Darabont. Guión: Michael Sloane. Actores: Jim Carrey, Laurie Holden, Martin Landau, Bob Babalan, David Ogden Stiers, Ron Rifkin, Allen Garfield.
Es cursi, esquemática y muy norteamericana, pero nadie dijo que sería lo contrario. Es más: Frank Darabont, el gran director de Sueños de fuga, la hizo así a propósito. Quería rendirle un homenaje al cine de Frank Capra, autor de clásicos como Qué bello es vivir y Mr. Smith va a Washington, por medio de una historia noble y de buenos sentimientos. Tenía que ser así: las películas de Capra son pequeñas comedias sobre hombres decentes que no soportan que los verdaderos valores de los Estados Unidos sean traicionados.
El Majestic recuerda esos tiempos, cuando el proyecto norteamericano parecía posible en pequeños pueblos pintados de blanco, pero lo hace como si se tratara de un minuto de silencio, como si esos días no fueran a volver. En tiempos de guerras y cacerías de brujas es útil conocer la historia de Peter Appleton, un guionista pusilánime del Hollywood de los 50 que entra en la lista negra del Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso por haber asistido, en sus años de juventud, a una inocente reunión entre reconocidos personajes de izquierda. Todo estaría mal si Appleton no sufriera un accidente, si no perdiera la memoria y la noble gente de Lawson no lo confundiera con Luke Trimble, un bondadoso héroe perdido en la Segunda Guerra Mundial.
El Majestic no es sólo ese drama político o aquella crítica a los valores perdidos. Es, sobre todo, una emocionante comedia romántica que nos recuerda, gracias a un grupo de excelentes personajes, a la inmejorable labor de Darabont y a otra estupenda actuación de Jim Carrey, que el cine suele salvarnos de todo.