Calificación: **. Título original: Bolívar soy yo. Año de producción: 2002. Guión y Dirección: Jorge Alí Triana. Coguionistas: Manuel Arias y Alberto Quiroga. Actores: Robinson Díaz, Amparo Grisales, Jairo Camargo, Alejandra Borrero, Carlos Barbosa, Maria Eugenia Dávila, Fanny Mickey.
Bolívar soy yo apuesta y pierde. Que Jorge Alí Triana se haya arriesgado a filmarla, a estas alturas de su carrera, después de dirigir Tiempo de morir y una serie de montajes teatrales inspirados en la obra de Gabriel García Márquez, es, por decir lo menos, esperanzador. No, a Triana no le interesa ir sobre seguro. El arte es el territorio de los hallazgos, dirá, y se llega a ellos con los ojos cerrados. Por supuesto: se corre el riesgo de fallar, de no dar en el blanco, de recorrer el camino equivocado. Él lo sabe.
Quizás eso ha ocurrido con Bolívar soy yo: las buenas ideas no llegaron, nunca, a ninguna parte. Y decimos "quizás" porque dos festivales de cine, el de Mar del Plata y el de Toulouse, han pensado lo contrario: ¿puede ser que, a ojos del espectador de fuera del país, el desorden de las imágenes, el desmadre de una ficción innecesaria montada sobre una apasionante historia real –la de Pedro Montoya, el actor que llegó a creerse Bolívar después de interpretarlo para una serie de televisión- y el olvido de ciertos recursos dramáticos expresen a la perfección las ideas que dan origen a la película?
Podría ser, sí, si no fuera tan evidente que el proyecto no tiene pies, que sólo tiene cabeza: quiere contar cómo un actor poseído por su personaje, Simón Bolívar, se convierte en un símbolo para una Colombia acorralada, pero desemboca en una larga queja que podría resumirse en una columna de opinión. Ese, el de sostener una tesis en detrimento del inolvidable material de base, es el riesgo que ha corrido Triana: ahí, en esa apuesta, está la razón de la derrota.