Calificación: ***. Título original: Une liaison pornographique. Año de producción: 1999. Dirección: Frédéric Fonteyne. Guión: Philiphe Blasband. Actores: Nathalie Baye, Sergi López, Jacques Viala, Paul Pavel.
Ella pone, por primera vez en toda su vida, un anuncio en una revista pornográfica porque quiere conocer a un hombre que le ayude a poner en escena su más secreta fantasía sexual. Él, que a veces compra esas revistas, pero que no suele ponerle cuidado a esos clasificados, en un arrebato responde el aviso y, fascinado por una voz, se encuentra con ella en un café de un importante barrio parisino.
La buena noticia es que, cuando se ven cara a cara, se dan cuenta de que se gustan. Y pronto, una media hora después, deciden ir al motel más cercano. No lo sabemos muy bien, porque no vemos nada y ellos no nos lo dicen, pero parece como si todo hubiera salido tal como lo habían imaginado. Es, como ella le dice a un entrevistador sospechoso, una relación pornográfica. No importa la profesión ni el nombre ni la vida que el otro viva fuera de la cama. Sólo importa el sexo. O bueno: al menos por un tiempo. Él y ella pronto descubren que, aún cuando se planee todo lo contrario, no obstante se persigan relaciones pasajeras, puramente sexuales, entre los seres humanos, que tienden a verse a los ojos, siempre se despertarán las emociones.
No importa –no del todo- la teatralidad ni la inverosimilitud. Lo maravilloso de Una relación íntima es que, gracias a las miradas de dos estupendos actores –que fueron premiados, con justicia, en el Festival de Venecia de 1999-, a un guión contenido y a una paciente y delicada dirección de escena, somos capaces de intuir, durante un poco más de una hora, los sentimientos, los secretos y las verdades de esa pareja de solitarios.