Calificación: **1/2. Título original: Legally Blonde. Año de producción: 2001. Dirección: Robert Luketic. Guión: Karen McCullah Lutz y Kirsten Smith. Actores: Reese Witherspoon, Luke Wilson, Selma Blair, Matthew Davis, Victor Garber, Ali Larter.
Reese Witherspoon es una gran actriz, una de las mejores de su generación. Para comprobarlo, vale la pena ver sus tres mejores películas: la divertidísima Election, de Alexander Payne, que ya se consigue en los alquileres de video, y en donde hace el papel de una detestable aspirante a la presidencia del consejo estudiantil de un colegio; la conmovedora Pregúntale al señor luna, de Robert Mulligan, que de vez en cuando dan por televisión, y en la que es una niña de doce años que entiende en un verano la relación entre el amor y el dolor; la maravillosa Crepúsculo, de Robert Benton, en la que su adolescencia desencadena toda una historia policíaca.
En Legalmente rubia es, de nuevo, el centro de atención. Se llama Elle Woods y es una rubia alegre de Beverly Hills que ha perdido a Warner Huntington Tercero, el amor de su vida, porque él, que está a punto de estudiar derecho en Harvard, se siente acorralado por la tradición de su familia y está convencido de que, si va a ser senador antes de que cumpla los 30 años, lo mejor es que se case "con una Jackie, no con una Marilyn". Lo que pasa es que Elle no se va a dar tan fácil por vencida. Si es necesario, viajará a Boston y entrará en la famosa Universidad y sacará las mejores notas para reconquistarlo. Ella no es boba. No, ni más faltaba.
Legalmente rubia es una película muy ligera y muy divertida. Esa es su propuesta. Y aunque no tiene el final que se merece, porque quizás es demasiado consciente de su poca importancia, no debería pasar desapercibida en la cartelera. Quienes quieran, la disfrutarán enormemente.