El tigre y el dragón

Calificación: ***1/2. Título original: Wo hu zang long. Año de producción: 2000. Director: Ang Lee. Productores: Bill Kong, Hsu Li Kong, Ang Lee. Guión: James Schamus, Wang Hui Ling and Tsai Kuo Jung. Basado en la novela de Wang Du Lu. Actores: Chow Yun-Fat, Michelle Yeoh, Zhang Zi Yi, Chang Chen.

Nada es lo que parece. Li Mu Bai y Yu Shu Lien, dos legendarios guerreros, pueden ser un hombre y una mujer atormentados por un amor imposible. Jen, una voluntariosa joven aristócrata, puede ser una peligrosa luchadora a punto de escapar de un matrimonio por conveniencia. En el fondo de una mujer madura, como Yu, espera un tigre agazapado. Dentro de una adolescente rebelde, como Jen, respira un dragón escondido. Cada una quiere ser como la otra, pero el destino de las tragedias es implacable. Como siempre.  

El tigre y el dragón es, al parecer, una producción impecable. Su historia –el robo de una espada mítica enfrenta a dos mujeres y a dos antiguos adversarios y despierta un par de amores sometidos por el destino-, no persigue la originalidad, pero la consigue. Sus diálogos –breves, necesarios, sugerentes- son el resultado de toda una cultura. Sus poéticos encuadres y sus escenas de combate le dan un nuevo sentido al concepto de "artes marciales" –a propósito: las fantásticas peleas aéreas, tan aplaudidas en Cannes, no fueron hechas, sino mejoradas por computador- y descubren que cuando dos enemigos se enfrentan en una lucha de ese estilo no se odian sino que, como el tigre o el dragón, ponen a prueba sus fuerzas.

Ang Lee ha vuelto a dirigiruna película tan irreprochable como Sensatez y sentimientos o The Ice Storm. Juzgar a El tigre y el dragón en los términos de siempre resulta tan torpe y tan incómodo como valorar una leyenda. Porque una leyenda es indiscutible y no puede considerarse ni mala, ni regular, ni excelente. Puede parecer inolvidable. O casi.