Himno Nacional de Colombia
Letra: Ricardo Silva Romero
Música: Oreste Sindici
Coro:
¡Qué bonita es la vida, ay,
qué teso es “El Patrón”!
¡A punta de favores
el man corona allá!
¡Y el man corona allá!
I
¡Se acaba la hecatombe!
El Tiempo se reimprime.
Derrama la noticia
de que ha vuelto Jesús.
La oposición se quiebra,
se vende y se deprime.
Colombia es una herida
que canta entre la pus.
II
La patria estaba triste
sin un líder bacano.
Sufría guerrilleros,
cachacos, corrupción.
Pero llegó el más duro:
"¡Uribe es soberano!",
“¡que tiemblen los que piensan!”,
“¡no más constitución!”
III
La historia de Colombia
era de chistes flojos.
Eso era muy berraco:
no había qué comer.
Sino robos cobardes,
secuestros, desalojos,
bombazos, magnicidios,
de Núñez a Samper.
IV
Y entonces llega Uribe.
Y ya la dicha es mucha:
si usted se autodefiende,
recobra la salud;
si su nombre es un alias,
ve plata pa’ su cucha;
si acude a la guerrilla,
regresa en ataúd.
V
Político avispado,
el genio de esta historia,
a todos los caciques
en indios convirtió.
El pueblo a ciegas le hizo
la ley absolutoria
que lo hace inmune al mugre
que un día lo ensució.
VI
¡Que no vengan ahora
con derechos humanos!:
lo que llaman “masacre”
es un simple motín.
Fiscales permutables
estiran las dos manos
y empieza a presentirse
un gobierno sin fin.
VII
Dará a los de la izquierda
zona de cuarentena
para que no contagien
al pueblo su opinión.
Prohibirá a lo largo
del río Magdalena
los apellidos Chávez
y Córdoba y Garzón.
VIII
Cuando Ingrid sus cabellos
peinaba en agonía,
y Lecompte bañaba
a su Ingrid otra vez,
la operación “perfecta”
salvó a la que moría
de un cautiverio ilustre
del que volvió en francés.
IX
Una Corte golpista
estuvo investigando
el cultivo de puestos
que Yidis cohechó.
Y la apátrida obesa
se estuvo empelotando
pues la verdad del cuerpo
se liposuccionó.
X
Mancuso, Obdulio, el Opus,
ganaron la batalla
con el inri agringado
de la seguridad.
Y se inundó la patria
de pechos de otra talla,
camionetas traquetas
y espiritualidad.
XI
Y el mártir paisa dijo
“ha sido trabajando”
y en la boda de su hijo
al trencito se unió
porque el tercer mandato
venía cabalgando
como un corcel de paso
que él mismo domó.
Coro:
¡Qué bonita es la vida, ay,
qué teso es “El Patrón”!
¡A punta de favores
el man corona allá!
¡Y el man corona allá!
Publicado en septiembre de 2007 en SoHo. © 2007, Ricardo Silva Romero y Revista SoHo