Introducción
La segunda parte de este relato documental desemboca en un epílogo y pretende, a partir del relato característico de Paul Auster, reflexionar sobre la naturaleza de la narración y su necesidad en el mundo que el escritor de Nueva York ha aprehendido. Pretende describir, valorar e interpretar el relato austeriano como una traducción de su visión de mundo y una prueba de su voz literaria que, al parecer, y aunque parte de su observación, se independiza de las corrientes intelectuales de este final de siglo. Hemos insistido en que su obra (poemas, ensayos, prólogos, traducciones, novelas, entrevistas, seudoautobiografías y películas) constituye una unidad. Y, teniendo en cuenta que las novelas son el núcleo de esa unidad, y que la obra literaria de cualquier autor puede determinarse, describirse e interpretarse, esta segunda parte de Todos los hombres del Rey se dedicará, principalmente, a la lectura de las ficciones escritas y dirigidas por Paul Auster. También puede decirse que esta segunda parte documentará una interpretación del relato que Paul Auster hace, por medio de la ficción, de la experiencia del hombre en un mundo fragmentado, que parece ser regido, entre otros signos, por el azar, el absurdo, el dinero, las casualidades, las necesidades y los placeres fugaces. Con ese propósito en mente se descubrirá el valor que tiene la idea del relato al interior de sus historias y se verá cómo en ese otro proceso que constituyen sus novelas, se abandona ese lenguaje que se refiere a sí mismo para dedicarse a la narración que tiene fe en que la palabra puede generar un mundo que puede ayudarnos a entender la realidad. Para argumentar nuestra lectura de sus ficciones recurriremos, antes que a otros textos, a las novelas escritas por Auster y a los testimonios que él mismo ha dado sobre las recurrencias, y los temas de su obra, en las entrevistas y las especies de autobiografías que él mismo ha publicado para llevar al extremo la idea de que la realidad y la ficción son intercambiables. Atenderemos a algunas ideas de Roland Barthes sobre los relatos, al ensayo de Wolfgang Kayser sobre los géneros literarios, y a las sugerencias de Haroldo de Campos y Georges Jean sobre la situación del escritor, el lector y los géneros que encuentran para comunicarse a finales del siglo XX. Esta segunda parte se dedicará a leer, básicamente, la obra de un hombre que logró superar, a partir de una fe particular en los alcances del relato, los límites y la exclusividad de los lenguajes para, de esa manera, expresar la principal obligación de los seres humanos: recomponer el mundo. Si en la primera parte lo temático documentaba la evolución formal del autor, en esta segunda parte ocurre lo contrario: la atención a la forma reafirma, documenta y argumenta -o, mejor, da paso a- la recepción de la obra de Paul Auster.