Satanás

Calificación: ***1/2. Titulo original: Satanás. Año de estreno: 2007. Guión y Dirección: Andrés Báiz. Basado en la novela de Mario Mendoza. Actores: Damián Alcázar, Marcela Mar, Blas Jaramillo, Isabel Gaona, Andrés Parra, Marcela Valencia, Teresa Gutiérrez, Martina García, Patricia Castañeda, Vicky Hernández.  

La buena noticia es que Satanás es una película que le revuelve a uno el estómago. El resto del día sólo logra pensarse en la suerte de esos tres protagonistas que recorren Bogotá como un infierno: en la tragedia de ese sacerdote carismático, Ernesto, que trata de aferrarse a una vocación que cada día le pesa de peor manera; en la desazón de esa vendedora de aguas aromáticas, Paola, que ha despertado de una pesadilla para amanecer en otra peor; y en la mente enrevesada de aquel veterano de la guerra de Vietnam, Eliseo (un ángel exterminador inspirado en aquel Campo Elías Delgado que asesinó a 29 personas el jueves 4 de diciembre de 1986), que ha perdido la cabeza a punta de no ser correspondido en su extraño amor por el mundo.

El resto de la jornada, decíamos, se piensa en ellos tres. Y se siente que hubiéramos podido hacer algo para evitar que cayeran en desgracia. Lo que significa, en pocas palabras, que el cineasta caleño Andrés Báiz ha conseguido que su primer largometraje sea un largometraje memorable.    

De vez en cuando cae en efectismos. Una que otra escena parece venida de una película más tramposa, menos realista. Puede llegar a sentirse, por momentos, que los hechos no van a ninguna parte, que poco tiene que ver una trama con la otra. Pero el innegable talento narrativo de Báiz no nos permite, en ningún momento, que perdamos de vista lo más importante de todo: la certeza de que esas tres vidas se dirigen, paso por paso, hacia un destino trágico.

Báiz logra, además, lo más difícil de lograr: convertir la premiada novela de Mario Mendoza en una película que respeta el espíritu del relato (que puede ser leído, si uno quiere, como un inquietante llamado a la responsabilidad: "estamos construyendo un monstruo que va a terminar tragándonos y destruyéndonos", dice el cura Ernesto en alguna página del libro), pero que se toma una serie de inteligentes licencias (se deshace de personajes, cambia el orden de los hechos) para que experimentemos, frente a la pantalla, un imparable descenso a los infiernos.

Ya está en marcha el cine colombiano. Ahora sí. Frente a Satanás no es necesario pensar, ni siquiera, que se trata de una producción hecha en Colombia. Se agradecen las estupendas interpretaciones de Damián Alcázar, Marcela Mar y Blas Jaramillo. Se admira la meditada composición de las imágenes. Se reconoce la valentía de todos durante las escenas más dolorosas de la historia. Pero el agradecimiento, la admiración y el reconocimiento suceden afuera, a la salida del teatro, cuando nos damos cuenta de que la película tiene la culpa de esa especie de mareo que hemos sentido todo el día.

Que es, por supuesto, una forma de decir que Satanás es una experiencia que nos está esperando a todos.