Otro día para morir

Calificación: ***. Título original: Die Another Day. Año de producción: 2002. Dirección: Lee Tamahori. Guión: Neal Purvis y Robert Wade. Basado en los personajes creados por Ian Flemming. Actores: Pierce Brosnan, Halle Berry, Toby Stephens, Rosamund Pike, Judi Dench, John Cleese.

Ver la nueva película de James Bond es como entrar en un museo. Si uno sabe en dónde se ha metido, si entiende que no debe pedirle verosimilitud a la aventura y debe dedicar todos sus esfuerzos a admirar mujeres, aparatos y frases de doble sentido, se sentirá feliz, y reconocerá ahí, en la pantalla, un justo homenaje a los cuarenta años que le ha dedicado el agente 007 a salvar al mundo de aquellos villanos de todas las razas, los sexos y las religiones que se han empeñado en tomárselo y someterlo a sus deseos más perversos.

No, no importa cómo comienza la historia: las sorpresas de cada una de las misiones que M le encarga a Bond no están en los giros de la trama –que siempre, hasta el final, será la misma- sino en la forma como el agente sigue siendo la persona que hemos admirado desde la primera vez –inteligente, elegante, irónico-, en los envidiables juguetes que diseña Q, en las ferocidad de los asesinos, el ingenio de las secuencias de acción y la belleza curiosa de las heroínas de turno.  Otro día para morir, de acuerdo con los criterios mencionados, es una buen película: Pierce Brosnan es un gran James Bond, los villanos son casi invencibles, las secuencias de acción no escatiman explosiones y las dos heroínas, Halle Berry y Rosamund Pike, resultan indispensables.

Para terminar, una pequeña nota sobre las calificaciones de esta semana: mientras la película de Almodóvar, desde mi punto de vista, resulta aceptable dentro de sus pretensiones artísticas, la de Bond consigue su único propósito: entretener. Sí, la verdad es que son dos tipos de estrellas diferentes.