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Edición revisada en 2012 por Carolina López Bernal, Natalia García Calvo
y Ricardo Silva Romero. Diseño de la colección: Santiago Mosquera Mejía y Pauline López Sandoval. Portada: Gisela Bohórquez. Editor original:
Patricia Miranda, de Planeta (Seix Barral). Portada original: Luis
Carlos Cifuentes. |
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HISTORIA: Sebastián Bernal, un abogado cínico, seco e insensible, pero culposo,
amanece convertido en Gabriel Castillo, el pediatra de sus hijos, justo
cuando se encuentra a punto de cumplir cincuenta años. Su vida, hasta
ese momento, ha sido una suma de lugares comunes y pecados capitales que
lo han alejado de su esposa y de sus hijos y lo han distanciado,
irremediablemente, de su padre, todo un magistrado de la corte. El
pediatra de sus hijos, mientras tanto, ha vivido la vida de un monje: le
ha dedicado todas sus fuerzas a ser el hermano de sus hermanos y el
doctor de sus pacientes y ha hecho todo lo posible por mantener un bajo
perfil que le garantice una vida en paz. |
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CÓMO SE HIZO: A mí, básicamente, me parecía interesante escribir una historia que se llamara Tic. Una ficción pura tras contar en el Relato de Navidad que la ficción me invadía e invadir la ficción en Walkman. El título, Tic, me llegó de la nada en septiembre de 1999: me sugería una historia corta sobre las cosas que se nos salen de las manos. Unos meses después, la idea de que todo en la vida parece involuntario me llevó a preguntarme qué pasaría si un hombre amaneciera convertido en otro y a compararlo con lo que habría sucedido si la liebre de la fábula hubiera amanecido en el caparazón de la tortuga. Escribi la novela de septiembre a noviembre del año 2000. La corregí una vez en 2001. Otra en 2002. Y otra más a comienzos de 2003. O sea que yo, a pesar de las lecturas de los demás y de todas las correcciones, tengo la culpa de todo. Lo único que no me gusta, a veces, del resultado, es que la gente se la tome más ligera de lo que es. Me prueba que el humor sigue viéndose como una estrategia menor que elude lo sublime. Pero es, claro, una gran contradicción: tendría que ser un logro (el logro, en teoría, que persigo) que se tomara como una historia divertida. |
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SE HA DICHO: "Buena la novela como operación
narrativa y buena la interpretación del autor de algunos síntomas de la
contemporaneidad. Sebastián Bernal es el típico héroe degradado de
nuestro tiempo. Su enfermedad moral no tiene más castigo que el de verse
a sí mismo desde otro yo. Y esa visión, con toda la experiencia vital
de un cuerpo y una rutina distintos, tiene, junto a la sanción, toda la
forma de un lenitivo con el que su culpa alcanza la redención...". (en Babelia).
"Tic es una novela que podría dar una divertida película. En todo caso,
es una apuesta por el amor, por los afectos y por la vida misma, tan
compleja e inabarcable, tan ininteligible a veces, tan capaz de
zarandearnos del placer al sufrimiento. Ricardo Silva Romero ha dejado
en Tic una escritura ágil y de acelerada andadura. No le falta inventiva
ni dominio del oficio de contar directo y rápido. Maneja con absoluta
soltura los mimbres precisos para desarrollar la historia. Nos transmite
un temblor humano que, a través de sus personajes, acusamos con
inmediatez. Estupenda sorpresa". Luis Alonso Girgado, periodista (en El
Correo Gallego).
"Tic, la muy divertida segunda novela de Ricardo Silva Romero, escritor
de poemas, cuentos y páginas de internet de ficción y, además,
columnista de SoHo y comentarista de cine de Semana, también está en la
Feria del Libro de Bogotá. Editada por Seix Barral y con una portada que
anuncia el tono humorístico que recoge todas sus páginas, Tic es la
historia de un cínico abogado de familia que amanece convertido en el
pediatra de sus hijos. Los que quieran encontrarán, en el fondo del
absurdo, reflexiones sobre lo divino y lo humano. Los que solo desean
reírse un buen rato tienen otra oportunidad, después del éxito de Relato
de Navidad en La Gran Vía". Roberto Posada, periodista (en El Tiempo).
"A pesar de su humor, Tic es inquietante y triste. Porque, a partir de su
levedad, el sempiterno tema de la identidad no deja de cuestionarnos.
En este tiempo, tan preocupados por reencarnaciones e inmortalidades del
Yo, tendemos a olvidar el alma de nuestros vecinos. Sebastián Bernal,
en el cuerpo de alguien muy cercano que nunca le había interesado, en el
dolor y en la cotidianidad de un ser corriente, entenderá que su vida,
de la cual tenía la mejor impresión, cabe en unas cuantas palabras, por
cierto no muy afortunadas. Desde afuera, desde el cuerpo de Gabriel
Castillo, verá su nadería, la pequeñez de su frágil identidad, y podrá
apreciar, como nunca lo hubiera imaginado, el inmenso valor de un
semejante". Luis Fernando Afanador, poeta y crítico de libros (en revista Semana).
"Ricardo Silva escribe, con un estilo limpio y tranquilo, con muy buenos
toques de humor y de penetración psicológica, una novela que captura
completamente nuestra atención y al mismo tiempo nos hace reflexionar
sobre el antiguo problema de nuestra identidad personal, y nuestra
fantasía recurrente de querer ser a ratos otra persona". Héctor Abad
Faciolince, periodista y escritor.
"Con esa particular gracia y humor negro que caracterizan su literatura,
en esta sátira del mundo moderno, que a la vez hace uso de los recursos
que en este se nos dan, Ricardo Silva nos responde nuestras preguntas.
Tic es un espejo de las soledades, las tristezas y las frustraciones que
sienten muchas personas cuando comienzan a tocar a las puertas de la
vejez". Juan Felipe Echeverry, periodista (en Agenda Cultural).
"Lo que empezó como una historia ingeniosa se fue transformando en una
“historia sencilla”: la suma del destino del hombre en un minuto, el
descubrimiento del momento verdadero, el encuentro con la imagen perdida
que nos ha acompañado desde siempre y que nos permitirá ser en el
último minuto lo que fuimos. Cada vez escribe mejor, cada vez es más
dueño del oficio, cada vez lo siento más lejos de sus maestros". Álvaro
Castillo, librero de San Librario. |
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