Kandahar

Calificación: ***1/2. Título original: Safar e Ghandehar. Año de producción: 2001. Guión, Montaje y Dirección: Mohsen Makhmalbaf. Actores: Nilovfar Pazira, Hassan Tantaï, Sadou Teuymouri.

Mohsen Makhmalbaf, uno de los grandes directores del cine iraní, sabe sorprenderse con sus propias imágenes, como si quisiera decir que en el centro de cada una hay, al mismo tiempo, una búsqueda y un hallazgo, una pregunta y su respuesta. Kandahar, su más reciente película, cuenta la estremecedora tragedia de Nafas, una periodista afgana que huyó de su país en medio de la guerra civil talibán y que ha vivido en paz, en Canadá, por un buen tiempo.

Nafas recibe, de un momento para otro, una carta en la que su hermana menor le confiesa que, porque ha sido sometida en los asfixiantes desiertos de Afganistán, se suicidará antes del próximo eclipse de sol. La periodista, que se debate entre la sensación de haber abandonado el barco y el odio por la camisa de fuerza impuesta a todas las mujeres por un régimen que se niega a reflexionar, a ceder y a dar la vuelta –el norteamericano sería, en ese orden de ideas, el otro extremo de la misma cuerda-, emprende un viaje desde Irán para evitar que la joven lleve a cabo sus planes. La guían un niño que no es capaz de entonar las voces del Islam y un estadounidense que se hace pasar por médico.

Kandahar es un excelente, inevitable, inolvidable documental organizado por la ficción, un noticiero que presenta las imágenes de una pesadilla: unas prótesis que caen al desierto en paracaídas, unos hombres amputados que corren y compiten por ellas, un niño que repite que la inmensa ametralladora que tiene en la mano sirve "para matar a los vivos y destrozar a los muertos" y unas pequeñas muñecas que en realidad son minas quiebra patas.