Ligeramente embarazada

Calificación: ***. Título original: Knocked Up. Año de estreno: 2007. Guión y Dirección: Judd Apatow. Actores: Katherine Heigl, Seth Rogen, Paul Rudd, Leslie Mann, Jay Baruchel, Jonah Hill, Jason Segel, Martin Starr.

Que el título no desanime a nadie. Ligeramente embarazada (que en inglés sí ha sido bautizada con dignidad: con un término que en jerga significa un simple "Embarazada") es una comedia romántica conmovedora sobre un par de personajes que hacen lo mejor que pueden para estar enamorados. Así es. Tal como suena. Se encuentran, al comienzo de una noche de tragos, en una discoteca de Los Ángeles. Se dejan llevar por la locura de esas horas. Y unas semanas más tarde, cuando el uno ha empezado a olvidar el nombre del otro, se enteran de que ella ha quedado embarazada. Es, por supuesto, una mala noticia. Ella, una periodista de farándula llamada Alison Scott, acaba de ser ascendida a presentadora de un programa de chismes de E! Entertanment Television. Él, un gordito desadaptado que responde al nombre de Ben Stone, se ha empeñado en montar una ridícula página de Internet (una especie de enciclopedia de desnudos en el cine) que ya fue inventada en los primeros días de la red. "Y él no lo vio", dicen Les Luthiers.

¿Qué van a hacer estos dos? ¿Qué quieren? ¿Qué les queda? Ya que han decidido tener el bebé, se dicen, lo mejor que pueden hacer es convertirse en una pareja de verdad. Y, para ello, tal vez lo más práctico sea tratar de conocerse.

No se equivoquen. Ligeramente embarazada no es una tontería para adolescentes ni una gringada vacía diseñada para las vacaciones. Es un drama de verdad. Tiene, sí, un sentido del humor más bien retorcido. Pero nunca cae en el mal gusto. Y si lo bordea es porque, como decía Billy Wilder, "el mal gusto está más cerca de la vida". Les da a todos sus personajes, a los protagonistas, a sus amigos y a sus familias, las tres dimensiones (las máscaras, los secretos y los talones de Aquiles) que los convierten en personas. Los presenta con cuidado. Los enfrenta a los giros que trae dentro cualquier vida. Y los sigue, a unos pasos, como quien sabe oír a los demás.

Y el mérito es del mismo cineasta norteamericano, Judd Apatow, que se inventó aquella obra emocionante que en un principio también parecía una tontería: Virgen a los 40 años. Puede decirse que Apatow, que escribió programas de televisión tan buenos como El crítico, The Larry Sanders Show y Freaks and Geeks, ha revitalizado la comedia estadounidense cuando todo parecía indicar que era imposible volver a darle vida. En Ligeramente embarazada están, una vez más, sus marcas de estilo: caricaturas amables, actores valientes, actuaciones contenidas, diálogos inteligentes, cámaras que se toman las cosas con calma, historias mucho más sensibles de lo que parecen. Y está, gracias a las torpezas de esos héroes mucho más ingenuos de lo que ellos mismos creen, la sensación de que el cinismo no pasa de ser un juego de palabras: la sensación de que todos los caminos conducen, de alguna manera, a la esperanza.