Soldado anónimo

Calificación: ***1/2. Título original: Jarhead. Año de producción: 2003. Dirección: Sam Mendes. Guión: William D. Broyles Jr., based on the book by Anthony Swofford. Actores: Jake Gyllenhaal, Peter Sarsgaard, Brian Geraghty, Jamie Foxx, Chris Cooper, Dennis Haysbert.  

Francis Ford Coppola filmó el horror de la guerra cuando filmó Apocalipsis ahora. Stanley Kubrick se encargó de seguir, en Full Metal Jackett, los pasos de la deshumanización –el lavado de cerebro- que les permite sobrevivir a los soldados que participan en una contienda sangrienta. Y ahora, a manera de tercer capítulo (no es una interpretación acomodada, no, las películas de Coppola y Kubrick aparecen citadas desde el comienzo), el británico Sam Mendes, aquel hombre de teatro que debutó en el cine con Belleza americana, se ha valido de la brillante Soldado anónimo, adaptación cinematográfica de las memorias de un combatiente de la primera Guerra del Golfo, para capturar el absurdo que se vive en las batallas inexistentes de estos tiempos sin héroes: una deshumanización que conduce al horror en nombre de nada. El actor Jake Gyllenhaal, completamente despojado de vanidades, le ha seguido el juego hasta sus últimas consecuencias en el papel del marine Anthony Swofford. El cinematógrafo Roger Deakins le ha ayudado a registrar las huellas blancas en el desierto cubierto de humo. Y el editor Walter Murch, el mismo de Apocalipsis ahora, le ha dado a todas las secuencias el ritmo de una pesadilla.

Sam Mendes siempre ha sabido rodearse. No parece tener una visión de mundo (la de esta, su tercera película, viene del libro de Swofford), pero debe reconocérsele un talento especial para dirigir puestas en escena. Soldado anónimo (el título original, Jarhead, significa marine en jerga militar) es otro gran trabajo: seguiremos todos en ese desierto.