Julia, mujer seductora

Calificación: ***. Título original: Being Julia. Año de producción: 2004. Dirección: István Szabó. Guión: Ronald Harwood, basado en Teatro de W. Somerset Maugham. Actores: Annette Bening, Jeremy Irons, Shaun Evans, Bruce Greenwood, Michael Gambon, Juliet Stevenson, Rosemary Harris, Lucy Punch. 

Por cuenta de su estructura episódica, de novela, tarda en hallar la historia que quiere contar, pero cuando lo hace, cuando consigue enfrentarnos al drama central de su protagonista (una actriz en el Londres de los años 30, la cuarentona Julia Lambert, que ha empezado a perder la pasión por su oficio), se convierte en una película ingeniosa, contundente, capaz de redimir la pobre cartelera de estas vacaciones. La atmósfera de miniserie elegante, que el director, el húngaro István Szabó, ya había simulado en Encuentro con Venus y Amanecer de un siglo, es sustituida en el momento preciso por un humor negro que logra probarnos que el teatro es la única realidad de la heroína del relato. Se llega a pensar, entonces, ante las mezquindades de los personajes principales, que se trata de un refinado homenaje a Todo sobre Eva (1950) de Joseph L. Mankiewitz. 

También las actuaciones brillantes salvan del olvido a Julia, mujer seductora: Miriam Margolyes hace reír cada vez que aparece en la pantalla trasformada en una multimillonaria enamorada de la estrella más importante de todas, Jeremy Irons compone con la altura de siempre a un marido productor que hará lo que sea (incluso presentarle un amante a su esposa) para que su negocio no se acabe nunca, y la increíble Annette Bening, la fría timadora de The Grifters (1990), la periodista liberal de Mi querido presidente (1995), la patética vendedora de bienes raíces de Belleza americana (1999), lo entrega todo en la interpretación de esa artista que sólo existe sobre el escenario.