Seducción fatal

Calificación: **. Título original: Femme Fatale. Año de producción: 2002. Guión y Dirección: Brian De Palma. Actores: Rebecca Romjin-Stamos, Antonio Banderas, Peter Coyote, Eriq Ebouaney, Edourad Montoute, Rie, Thierry Fremont.

El norteamericano Brian De Palma, director de cinco o seis largometrajes extraordinarios, tiende a filmar los dramas más tontos del mundo como si se tratara de inolvidables clásicos del cine. De tanto en tanto, cuando toma la decisión de escribir él mismo el guión de una película, se deja llevar por su indudable virtuosismo técnico, su comprensible fascinación por la obra de Alfred Hitchcock y su propósito firme de serle fiel a sus propias obsesiones –la identidad, el doble, el vouyerismo-, y aunque entonces el resultado suele ser deshonroso, ególatra y ridículo, sin lugar a dudas siempre resulta fascinante. Este es el caso de su trabajo más reciente, Seducción fatal, una historia policíaca narrada con la lógica de los sueños que desconcertará a los espectadores desprevenidos y divertirá a los cinéfilos dispuestos a descifrar unas claves que no conducen a ninguna parte. 

Brian De Palma nació en Newark, Nueva Jersey, el 11 de septiembre de 1940. Cuando era niño siguió, grabó y fotografió durante varios días a su padre, un importante ortopedista que lo dejaba observar cirugías de huesos, ojos y cerebros, pues se negaba a creer que, en contra de los preceptos del protestantismo, el señor le fuera infiel a su madre con una mujer del montón. En 1962 obtuvo el título de físico en la Universidad de Columbia, en Nueva York, pero muy pronto descubrió que su verdadera vocación era el cine. Su primera obra, La fiesta de matrimonio, lo convirtió en un "interesante realizador independiente". Seis años y cinco películas después, con el estreno de Hermanas, en 1973, sus preocupaciones y sus brillantes estrategias narrativas quedaron al descubierto. Entre los 18 largometrajes que filmó durante los 30 años siguientes valdría la pena citar Carrie, Vestida para matar, Caracortada, Los intocables y Pecados de guerra. Podría hablarse, quizás, de Atrapado por su pasado

La primera secuencia de Seducción fatal –el título original de la producción, Femme Fatale, sugiere las contradicciones de la protagonista- es tan brillante como su autor: en ella seguimos a una mujer, paso por paso, mientras hace lo que puede parar robar las joyas de una modelo famosa durante la premiere, en el Festival de Cannes de 1999, de aquella estupenda película de Régis Wargnier titulada Este-Oeste. Pero el problema se hace evidente, una vez más, cuando aquellos seres que se mueven dentro de las estupendas coreografías iniciales deben convertirse en personajes de verdad: entonces recordamos que De Palma no ha escrito los diálogos de sus mejores películas, caemos en cuenta de que sus actores no comprenden muy bien qué hacen ahí y descubrimos que sus pantallas divididas, sus cámaras lentas y sus desplazamientos circulares han sido inútiles de nuevo. Sí, eso es. Las trampas de las apariencias ("la cámara miente 24 veces por segundo", ha dicho) otra vez se han vuelto en su contra.