Detrás del sol

Calificación: ***. Título original: Abril Despedacado. Año de producción: 2001. Dirección: Walter Salles. Guión: Karim Ainouz, Sérgio Machado y Walter Salles. Actores: José Dumont, Rodrigo Santoro, Rita Assemany, Ravi Ramos Lacerda, Luís Carlos Vasconcelos.

Lo primero que vemos es la silueta del niño que narra la historia. Hasta hace un par de días, dice, no tenía nombre: ahora se llama Pacu. Es el hijo menor de una familia, los Breves, que durante décadas se ha enfrentado a muerte con los Ferreira. No sabemos bien a dónde se dirige, pero la nueva obra de Walter Salles, Detrás del sol, nos lo aclarará en la próxima hora y cuarenta y cinco minutos.

Es abril de 1910. El niño recuerda que Tonho, su hermano, tenía que cumplir con el inútil destino de todos los hijos de la familia, vengar la muerte del hermano mayor, pero que la llegada de un circo al pueblo cambió todas sus perspectivas de vida. El resto, claro, es la película. Que, como el anterior trabajo de Salles, Estación central de Brasil, ha sido filmada con cuidado, como si las imágenes fueran sinónimos hallados en el diccionario, y en cada cuadro, en esos días repetidos y en el comportamiento de esos bueyes, que giran como las vidas de aquellos personajes, se repitiera la tragedia de esas dos familias en vías de extinción.     

Sí, Detrás del sol, basada en la novela del albanés Ismail Kadaré,es un largometraje que funciona a la perfección. Todo, salvo el modelo que interpreta a Tonho, parece en su lugar. Su puesta en escena es impecable: la música, el doloroso guión, las actuaciones. Parece como si Miramax, que después del éxito de La vida es bella sabe qué producciones funcionan en todos los mercados, hubiera entrado al proyecto desde el comienzo. Es por eso, por esa calidad tipo exportación, que al final nos sentimos vacíos y con ganas de ver otra película.