El desliz

Calificación: **1/2. Título original: Mademoiselle. Año de producción: 2001. Guión y Dirección: Philippe Lioret. Actores: Sandrine Bonnaire, Jacques Gamblin, Isabelle Candelier, Zinedine Soualem, Jacques Boudet.

Claire Canselier olvida a su esposo y a sus dos hijos por un par de días. No sufre, al menos durante unas horas, por culpa de su trabajo. Se ha encontrado, en el largo camino de regreso a su casa, con una compañía teatral que suele vivir de divertidas improvisaciones en matrimonios, primeras comuniones y restaurantes. Y se ha enamorado, al parecer, de la indiferencia de uno de los actores principales. No sabe qué hacer. Es sólo un paréntesis, un desliz. Quien haya visto Pan y tulipanes –una divertida película de Silvio Soldini que aún se presenta en algunos teatros del país- sabe de qué estamos hablando. De amas de casa que descubren, de un momento para otro, que ser madres las ha privado de su propia identidad. De mujeres que un día caen en la cuenta de todo lo que han perdido y emprenden una discreta cruzada por recuperarlo.

La presencia de Sandrine Bonnaire –a quien vimos hace un año en la excelente Este-Oeste y podemos reconocer, ahora, en la agotadora C'est la vie- salva esta película, por muy poco, del olvido: su dignidad y su misterio nos obligan a seguir el absurdo que aparece sobre la pantalla. Sus colaboraciones con Jacques Rivette, Claude Chabrol y Patrice Leconte, entre muchos otros, la han convertido en una de las mejores actrices francesas de los últimos años. Claire, el ama de casa de El desliz, podría ser un personaje desdibujado, sin razones ni raíces, pero su interpretación la hace real, compleja, atractiva. Sí, eso es. No tiene nada de malo ver una película sólo por ver a una actriz. No es la primera vez que ocurre algo como esto.