La era del hielo

Calificación: ***. Título original: Ice Age. Año de producción: 2002. Dirección: Chris Wedge. Guión: Michael Wilson. Voces de: Ray Romano, John Leguizamo, Denis Leary, Jack Black, Goran Visnjic.

La buena noticia es que es divertida y emocionante. Por culpa de su excesiva campaña publicitaria y de las estupendas películas animadas que se han estrenado en el mundo durante el último año, parecía ser, en los cortos que se repiten una y otra vez en los teatros del país, un proyecto menos ambicioso, un retroceso, un regreso a los tiempos cuando las caídas eran más que suficiente para atraer a la audiencia y los adultos y los niños no podían disfrutar, cada uno en su mundo, del mismo largometraje. Parecía un paso atrás, es cierto, pero ha resultado una comedia digna, llena de momentos memorables y pequeños personajes que conmueven.

Su trama es sencilla: hace 20.000 años, durante la era del hielo, cuando los hombres eran más creativos que racionales, dos extrañas criaturas se encuentran mientras emigran hacia el sur: el primero, un terco mamut llamado Manfred, vaga por ahí sin convicción; el segundo, un oso perezoso de nombre Sid, le huye a un par de rinocerontes que quieren vengarse de él porque acaba de dañarles una ensalada mixta que se habían preparado. Juntos, el mamut y el oso, como una nueva versión de Shrek y su burro, encuentran a un bebé humano y deciden buscar a su familia. Diego, un calculador tigre prehistórico, se les une en el viaje. Y mientras tanto Scrat, una ardilla con la suerte del Coyote que persigue al Correcaminos, intenta alcanzar una bellota. 

Sí, La era del hielo es esquemática y se refugia con descaro en fórmulas comprobadas, pero uno se ríe y pronto cede a los encantos de su historia y al talento de sus animadores. Es una buena noticia.