Besando a Jessica Stein

Calificación: ***. Título original: Kissing Jessica Stein. Año de producción: 2001. Dirección: Charles Herman-Wurmfeld. Guión: Heather Juergensen y Jennifer Westfeldt. Actores: Jennifer Westfeldt, Heather Juergensen, Scott Cohen, Tovah Feldshuh, Jackie Hoffman.

Es una comedia digna, honesta, inteligente. Sus dos actrices principales, Jennifer Westfeldt y Heather Juergensen, no podrían ser modelos, no, pero son artistas que saben muy bien lo que hacen: escribieron juntas el guión en medio de sus aventuras teatrales, y, aunque no puede decirse que sean dramaturgas de primera línea, hay que reconocerles que han sido capaces de inventar una historia estimulante, original y divertida: la editora Jessica Stein, una judía heterosexual empeñada en combatir su perfeccionismo, se enamora de una galerista bisexual, Helen Cooper, que, aburrida de la torpeza de los hombres del mundo, ha decidido poner un anuncio en el periódico para encontrar a la mujer de su vida.

La aparatosa relación entre las dos mujeres y sus esfuerzos por mantener un romance homosexual resultan conmovedores, pero es la idea de fondo, esa sensación de que a las dos les costará mucho encontrar a alguien que las invite a ser quienes deben ser, la que convierte esta historia de desamor en algo fuera de lo común. Besando a Jessica Stein nos recuerda que, en los márgenes del cine comercial, nacen personajes creíbles y encantadores. Sí, es un relato que se pierde en todas sus posibilidades y que se desgasta como si se quedara sin ideas, pero entra y sale, con elegancia y sentido del humor, de los peligrosos temas de siempre –la censura a los solteros, la decadencia de las tradiciones, el destierro de los homosexuales- sin pretender debates de última hora y sin caer en aquellos llamados a la tolerancia que sólo se les ocurren a los intolerantes.